La ministra de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte británica, Maria Miller, ha anunciado este miércoles que abandona sus tareas en el Gobierno ante la presión de la investigación abierta por un posible delito de fraude en su cuenta oficial de gastos personales.
«Esta controversia ha terminado distrayendo al Gobierno del vital trabajo que está realizando», hizo saber la ministra en una carta dirigida al primer ministro británico, David Cameron, en la que ha anunciado su voluntad de dejar sus funciones ministeriales. Según ha informado el portavoz oficial de Downing Street, Cameron y Miller han estado debatiendo el futuro de la ministra durante la noche del martes y su dimisión se ha confirmado durante la mañana del miércoles.
Varios diputados conservadores ya habían pedido la dimisión de Miller para alejar al partido de esta polémica con vistas a las próximas elecciones europeas. Sin embargo, Cameron ya se había negado previamente a revisar los gastos de la ministra arguyendo que todos los diputados tienen derecho a contrar sus propios gastos. El primer ministro ha aceptado y lamentado la decisión tomada por Miller, en declaraciones desde su oficina recogidas por la cadena BBC.
La ministra se disculpó ante sus votants este martes y les ha pedido que «sientan su pena». Miller ha admitido haber defraudado a sus votantes, por lo que se siente «devastada». El expresidente de la Cámara de los Comunes Boothroyd ya había insistido en que la ministra dimitiera por motivos de honor.
Una de las asesoras de Miller acusó ayer a los medios de comunicación de querer poner en marcha una «caza de brujas» contra Miller como venganza por implementar la nueva regulación sobre la prensa. La ministra de Cultura también fue la que impulsó la ley por la que se legalizó el matrimonio homosexual y que entró en vigor el sábado 29 de marzo.
Gastos personales de Miller
La dimisión de Miller se remonta a una investigación preliminar del Parlamento sobre los gastos de la ministra, iniciada en diciembre de 2012, en la que se determinó que Miller había recibido 45.000 libras esterlinas, cerca de 54.000 euros, de más a solicitud propia, que tenía que devolver. Según las pesquisas, este dinero fue utilizado para cubrir los intereses de su hipoteca así como los impuestos municipales de algunos de sus familiares.
Aunque en un principio se exigió que devolviera la totalidad del dinero apropiado, esta petición fue rebatida por la última instancia, el Comité de Prácticas de la Cámara de los Comunes, que fijó la cantidad a devolver por Miller en 5.800 libras. El comité, no obstante, criticó duramente el comportamiento exhibido por Miller durante la investigación, y acusó a la ya exministra de aportar «información incompleta y fragmentada».