Los conservadores del primer ministro británico David Cameron lograron la mayoría absoluta en el parlamento al alcanzar los 326 diputados, según resultados oficiales conocidos este viernes.
A falta del escrutinio de siete circunscripciones, los conservadores lograron alcanzar el listón de la mitad de diputados más uno y podrán gobernar en solitario, a diferencia de la anterior legislatura.
En el momento de conocerse estos datos, Cameron llegó al palacio de Buckingham para recibir de la reina Isabel II el encargo de formar gobierno.
La holgada victoria conservadora no había sido pronosticada por ningún sondeo y significa un segundo mandato consecutivo para los conservadores por primera vez desde 1990.
Cameron, que tiene ahora 48 años, ya fue en 2010 el primer ministro más joven en 200 años al acabar con 13 años de gobiernos laboristas bajo la era Tony Blair.
Los otros grandes triunfadores de la jornada fueron los nacionalistas escoceses del SNP (Partido Nacional Escocés), que lograron 56 de los 59 diputados en juego en Escocia y contribuyeron al descalabro de los laboristas de Ed Miliband, que renunció al liderazgo del todavía principal partido de la oposición.
El primer ministro saliente, David Cameron, reelegido diputado británico por su circunscripción, declaró este viernes que era una «gran noche para el Partido Conservador», que según una proyección de la BBC se quedaría a un escaño de la mayoría absoluta.
«Se trata claramente de una gran noche para el Partido Conservador», subrayó el líder de los «tories», para quien aún es «demasiado pronto para conocer exactamente» el resultado final.
Miliband reconoce una noche «muy decepcionante» para los laboristas en Reino Unido
El líder de los laboristas británicos Ed Miliband, reelegido diputado por su circunscripción, admitió este viernes que la noche electoral ha sido «muy decepcionante» para su partido, que podría perder frente a los conservadores del primer ministro David Cameron en las elecciones legislativas.
«Los resultados aún están llegando, pero esta ha sido claramente una noche muy decepcionante y difícil para el Partido Laborista», declaró tras su reelección. Un sondeo a pie de urna otorga a los laboristas 239 escaños frente a los 316 de los conservadores.
A continuación, los nacionalistas escoceses del SNP obtendrían 58 escaños, seguidos de los demoliberales (10) y del partido euroescéptico UKIP (2), según este sondeo.
«El próximo gobierno tendrá la enorme responsabilidad (…) de hacer frente a la tarea particularmente difícil de mantener el país unido», añadió en referencia al éxito masivo de los independentistas del SNP en Escocia.
Clegg abre el debate sobre su continuidad tras una «noche cruel» para los liberaldemócratas
El líder de los liberaldemócratas británicos y viceprimer ministro en la pasada coalición, Nick Clegg, ha dejado abierta su continuidad al frente del partido tras lo que ha calificado como una «cruel noche» electoral, en la que se ha confirmado que las generales celebradas este jueves han supuesto un «castigo» para la hasta ahora tercera fuerza política de Reino Unido.
En su primera intervención tras confirmar que, a pesar de los riesgos agitados durante la campaña, ha logrado mantener su escaño por la circunscripción de Sheffield Hallam, Clegg ha reconocido las «implicaciones para el país y para los liberaldemócratas» como consecuencia de los resultados, que según la encuesta a pie de urna de la BBC llevarán a su partido a perder 47 de los 57 diputados con los que contaba.
«Es dolorosamente claro que está siendo una noche cruel y brutal noche para los liberaldemócratas», ha admitido un Clegg que apenas ha sonreído tras confirmar su continuidad en Westminster, desafiando unas encuestas que, durante meses, habían mantenido que podría verse apeado del Parlamento.
Por ello, ante el severo golpe confirmado en el escrutinio que comenzó al cierre de los colegios electorales a las 23.00 horas (hora peninsular española), el exviceprimer ministro ha avanzado que «realizaría más comentarios» cuando hubiese analizado la situación con su partido a lo largo de la mañana, una vez de vuelta en Londres.
«Haré más comentarios sobre las implicaciones para el país y para mi posición cuando haya hablado con mis colegas a mi retorno a Wesminster», ha dicho.
Sus palabras abren el debate en torno a su continuidad, a pesar de que durante la campaña, cuando los sondeos vaticinaban una debacle que podría llevarlos a perder en torno a la mitad de los 57 escaños obtenidos en 2010, había dicho que «continuaría liderando el proyecto liberaldemócrata en todas las circunstancias».
«Sé que muchos no me han apoyado esta vez y mi mensaje es que mi mayor honor en mi vida política ha sido representar a esta ciudad –Sheffield– y siempre trabajaré por sus intereses en Wesminster», se ha limitado a adelantar en relación a su futuro, tras una noche en la que los suyos han tenido ya la oportunidad de comprobar que afrontan una jornada post-electoral complicada.
Si la encuesta de la BBC les ha pronosticado la peor noche de su historia, de momento uno de sus históricos, Vince Cable, tipificado hasta 2010 como un potencial ministro del Tesoro en una coalición y finalmente responsable del Departamento de Empresas en el último lustro, ha perdido su escaño en la circunscripción londinense de Twickenham a la que representaba en Westminster desde 1997 y que desde estas elecciones pasarán a estar en manos conservadoras.
Su caída representa uno de los mayores golpes para los liberaldemócratas, puesto que se consideraba una de las voces más independientes del partido y durante años había sonado como potencial alternativa al liderazgo de Clegg.
Su asiento no estaba entre los más probables como pérdidas, si bien David Cameron había visitado su circunscripción en los últimos días de campaña, en lo que los analistas consideraron una prueba de que los »tories» lo veían factible.
Por si fuera poco, otro de los históricos liberaldemócratas, Simon Hughes, número dos del partido hasta el pasado año y también miembro del bipartito, perdió su escaño por la circunscripción londinense de Bermondsey & Southwark, de la que era representante en el Parlamento desde 1982.
El resultado confirma que ni siquiera los personalismos han sido capaz de detener el voto de castigo que la hasta ahora tercera fuerza está sufriendo esta jornada y también el exlíder Charles Kennedy ha perdido su escaño en Escocia a manos de los nacionalistas.