El equipo, que incluye tres discos duros, fue entregado el 27 de abril a las fuerzas alemanes, según ha confirmado el cuerpo de seguridad al diario local ‘Sueddeutsche Zeitung’, que es socio del Proyecto Daphne, una iniciativa periodística para continuar sus pesquisas.
La familia se había negado a dar este material a las autoridades maltesas alegando que la informadora no confiaba en la Policía de la pequeña nación europea. Los investigadores locales solo han podido acceder a un ordenador que Caruana Galizia usó por última vez en 2015.
«Se trata de proteger sus fuentes. Murió protegiendo a sus fuentes. Sabía que cualquier información que llegara a la Policía iría directamente a la misma gente en el Gobierno que ella estaba investigando», ha esgrimido su hermana, Corinne Vella.
Estos ordenadores han estado en el centro de la batalla legal desde que uno de los sospechosos, Alfred Degiorgio, presentara un recurso constitucional sobre la negativa de la familia a permitir a las autoridades maltesas estudiar este equipo.
Degiorgio, su hermano George y un tercer hombre, Vince Muscat, están acusados de colocar el coche bomba que el pasado 16 de octubre acabó con la vida de la periodista de investigación. Los tres imputados han negado los cargos.