El Gobierno austriaco, formado por socialdemócratas y conservadores, ya había anunciado este mes que limitaría a 127.500 el número de solicitantes de asilo que acogería –el 1,5 por ciento de la población– en los próximos cuatro años.
Ahora ha anunciado que en ese mismo plazo podría deportar hasta a 50.000 personas, según el resumen de un acuerdo alcanzado entre representantes de los ministerios de Interior, Defensa e Integración publicado este domingo. Además ofrecerá hasta 500 euros a los extranjeros a los que se les deniegue el asilo si aceptan ser deportados.
«Estamos ya entre los países con más deportaciones, pero vamos a incrementar más la tasa», ha explicado la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner.
Además, con la introducción de Marruecos, Túnez o Argelia en la lista de «países de origen seguros» se podrá incluir a los ciudadanos de estos países en el proceso de devolución rápida. «Declaramos a Marruecos, Argelia y Túnez países de origen seguros», ha destacado Mikl-Leitner. En la lista también se ha incluido a Georgia, Mongolia y Ghana.
La ministra ha explicado que se está estudiando la utilización de su avión militar C-130 Hércules para estas deportaciones. El plan no especifica adónde se llevaría a los deportados, aunque el año pasado la mayoría de los vuelos se dirigieron a Kosovo. En 2015 fueron deportadas 8.365 personas mientras que se presentaron 90.000 solicitudes de asilo.