El escritor y diplomático mexicano Carlos Fuentes, fallecido en mayo y que dio su nombre y una copiosa colección de sus obras a la biblioteca del Instituto Cervantes de Praga, recibió hoy un homenaje póstumo en esta capital, en el que se destacó su «humanismo occidental».
Fuentes «prolonga una línea del humanismo occidental, sin ser de derechas ni de izquierdas» y con los «conceptos de diálogo, sociedad civil y democracia» como parte habitual de su léxico, destacó Anna Houskova, catedrática de la Universidad Carolina.
Cervantes, en quien Fuentes tanto se inspiró, formó parte de esa corriente humanista, y por ello el autor de El Quijote «representa ese tipo de novela absolutamente impura, de texto abierto, inconcluso, con pluralidad de perspectivas y lecturas», según la catedrática.
Carlos Fuentes (Panamá, 1928 – México D.F., 2012), novelista y ensayista, galardonado con el Premio Cervantes en 1987 y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1994, está considerado uno de los escritores contemporáneos más insignes de Hispanoamérica.
Su obra, en la que destaca «La región más transparente» y «La muerte de Artemio Cruz», estuvo guiada por el ansia de encontrar el origen de la identidad de México, no en contraposición a lo español, sino integrándolo.
De ahí su interés por la historia, sobre todo la del segundo milenio como se recogió en «Los cinco soles de México», si bien la estudiosa checa destacó que el escritor homenajeado «es intérprete de la historia, no historiador».
Aún así, «con él, la historia se volvió algo interesante para mí, a través de ver el pasado con el presente», reconoció Houskova.
Durante el acto se subrayó también la conexión de Fuentes con el pueblo checo, después de que fuera testigo de excepción de la invasión soviética de 1968, cuando ocupaba el puesto de embajador de su país en París.
Visitó Checoslovaquia con Julio Cortázar y Gabriel García Márquez en diciembre de 1968, para verificar el estado del país.
Es en «La geografía de la novela», en la que dedica un capítulo «al idilio de Milan Kundera con la literatura», y «Los 68», donde se pone de manifiesto esa estrecha vinculación del intelectual mexicano con los checos, añadió la experta.
«Fue una gran crítico del régimen comunista, un crítico liberal en el sentido iberoamericano, y por ello sus obras fueron vetadas aquí durante más de veinte años», señaló también Houskova.
Fuentes visitó por última vez Praga en junio de 2007, cuando fue a inaugurar oficialmente la biblioteca que lleva su nombre y donde en el discurso «Territorios de La Mancha», glosó la genialidad de la obra cumbre de Miguel de Cervantes, al que atribuyó el título de «fundador de la novela moderna».