Las Administraciones Públicas en su conjunto cerraron el año 2023 con un déficit del 3,66% del PIB, situándose así en los 53.556 millones de euros, incluyendo la ayuda financiera. Esto supone una reducción de más de 10.000 millones y del 16% con respecto a 2022, datos que evidencian el compromiso con la estabilidad presupuestaria de las políticas del Gobierno de España.
Con estas cifras, se ha logrado que el saldo negativo esté muy por debajo del 3,9% recogido en las previsiones remitidas a la Comisión Europea. Lo que ha permitido por cuarto año consecutivo presentar datos muy mejorados con respecto a las tasas de referencia fijadas en el Programa de Estabilidad.
Este resultado en el pasado ejercicio implica una reducción muy acelerada con respecto a 2020, año del estallido de la pandemia del coronavirus, cuando se alcanzó un déficit del 10,1% sobre el PIB. Esas cifras se han reducido en tan solo tres años en 6,4 puntos y 60.000 millones de euros, lo que supone un 52,7% menos. Los números actuales evidencian el compromiso con la estabilidad presupuestaria y la responsabilidad fiscal del Ejecutivo, incluso en un contexto de suspensión de las reglas fiscales.
Además, la deuda pública experimentó una reducción de 17,6 puntos porcentuales en solo tres ejercicios. Esto ha facilitado que España se haya consolidado como uno de los motores del crecimiento de la Unión Europea, tal y como atestiguan cada mes los datos de Eurostat.
Alcanzar y superar el objetivo marcado en la tasa de referencia acordada con la Comisión Europea ha sido posible gracias a la política económica del Gobierno. Esta ha permitido un crecimiento económico acreditado del 2,5% sobre el PIB, que quintuplica al de la zona euro; una fuerte creación de empleo con hasta 21 millones de afiliados a la Seguridad Social; y un impulso a la transformación del tejido productivo a través de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
Esta estrategia ha estado acompañada de medidas para no dejar a nadie atrás tras la crisis de la COVID-19 y la provocada por la invasión de Rusia en Ucrania. De esta manera, la ciudadanía española ha estado respaldada por un escudo social de más de 120.000 millones de euros que ha permitido sostener el Estado del Bienestar en un contexto de gran dificultad.
Los colectivos vulnerables, además de la clase media y trabajadora, han sido los principales destinatarios de diferentes ayudas y reformas que han permitido al país afrontar la crisis sin recortes sociales y reforzando los servicios públicos.
Junto a lo anterior, hay que tener en cuenta que la presión fiscal disminuyó tres décimas de PIB en 2023 con respecto al año anterior, situándose en el 38%. Una situación que beneficia a los ciudadanos con rentas medianas y bajas, que son los más beneficiados por la reducción de los impuestos indirectos aplicada en 2023.
Este respaldo fiscal a la ciudadanía en los últimos tres ejercicios se ha traducido en más de 46.000 millones en ayudas para que la sociedad pudiera afrontar las subidas de precios en mejores condiciones. Varios paquetes de ayudas entre las que está la mayor rebaja de impuestos a la energía de la historia y la reducción del IVA de los alimentos básicos de la cesta de la compra. Lo que ha facilitado que la inflación cayera en febrero hasta el 2,8% en solo tres ejercicios.
De hecho, la aplicación de estas medidas, centradas en gran parte en combatir la elevada inflación, ha evitado que la reducción del déficit fuera aún mayor de lo finalmente dispuesto en 2023. De no haberse destinado más de 17.000 millones para combatir la crisis de precios en este año, la cifra se habría reducido hasta el 2,5% del PIB. Es decir, el porcentaje de saldo negativo más bajo que se registraba desde los años previos a la crisis financiera que comenzó en el año 2008.
Esta apuesta por reforzar el escudo social y no aplicar recortes ha facilitado que los ingresos también hayan experimentado un comportamiento positivo. En 2023, los ingresos tributarios crecieron un 6,4% hasta los 271.935 millones de euros. Esto permite cumplir un año más con las previsiones de ingresos presupuestadas. En el ámbito del IRPF, se alcanzaron los 120.280 millones, un 9,9% más que el anterior ejercicio.
Este crecimiento de la recaudación se ha producido en medio de la mayor rebaja de IRPF de la historia a las rentas bajas de hasta 21.000 euros, que representa el sueldo mediano. Una medida que beneficia a la mitad de los trabajadores, que ahorraron más de 1.700 millones de IRPF. Aun así, los ingresos aumentaron por la mejoría continua de los datos de empleo y el aumento de los salarios.
Estos datos se explican, especialmente el último, con el destacado crecimiento que ha experimentado el mercado de trabajo y de las rentas derivadas del mismo, que crecieron en 2023 cerca del 8%. De esta manera, los cerca de 21 millones de afiliados a la Seguridad Social han permitido que las rentas brutas de los hogares crecieran alrededor del 9%.
Todo lo anterior se complementa con los ejercicios de evaluación del gasto o ‘spending review’, para los que el Gobierno y el Ministerio de Hacienda ejecutan las recomendaciones emitidas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) sobre los mismos para lograr la mejor estrategia integral de responsabilidad fiscal. En el pasado 2022, de las 300 recomendaciones formuladas por la AIReF, casi el 70% ya han sido implementadas en las Administraciones Públicas.
Con todos estos datos positivos, el conjunto de las Administraciones Públicas mantiene intacto su compromiso con la estabilidad presupuestaria e inicia en condiciones muy favorables el camino para cumplir con las tasas de referencia de los próximos años.
Una corrección de los desequilibrios que se explica por la política económica y por el impacto de los fondos correspondientes al PRTR, ámbito en el que España es uno de los principales motores en el despliegue de las reformas acordadas con la Comisión Europea.
Déficit de las Administraciones Públicas
Analizando los datos por subsectores, la Administración Central vuelve a ser la que lidera la reducción del déficit. Esta cerró 2023 con 30.828 millones de déficit (2,11% sobre el PIB), un 25,1% menos que en 2022. El subsector Comunidades Autónomas se situó en los 13.254 millones (0,91% del PIB), con una reducción del 12,34%.
En las Entidades Locales, la mejoría fue del 18,3%, al caer a los 1.263 millones (0,09% sobre el PIB). Por último, la Seguridad Social registró un déficit de 8.211 millones (0,56% del PIB), situándose así en la línea de las previsiones del Gobierno.
En cuanto a los recursos, en términos de contabilidad nacional, los ingresos crecieron un 9% (51.566 millones) gracias a los recursos fiscales, que se incrementaron un 7% (23.207 millones), y a las cotizaciones sociales, cuya alza fue del 9,3% (16.709 millones).
En cuanto al gasto, el mismo creció un 6,5%, debido a partidas como los consumos intermedios (7,5%), los intereses (13,1%) o la remuneración de asalariados (5,5%).
Ingresos tributarios
Entrando al detalle de los ingresos tributarios en términos de caja, los datos de la Agencia Tributaria a cierre de 2023 cifran la recaudación en 271.935 millones de euros, un 6,4% más que en 2022. El crecimiento económico y el buen comportamiento del mercado de trabajo explican en gran medida esta alza, especialmente en los beneficios empresariales. En cuanto al gasto en consumo, este se incrementó apenas un 3,8% gracias a la caída de los precios energéticos por las rebajas en los impuestos especiales.
En general, estos ingresos ligados al gasto tuvieron un comportamiento similar al del ejercicio anterior por las reducciones de IVA tanto en alimentación como en energía. De hecho, de no ser por estos cambios normativos, los ingresos habrían contado con 3.342 millones adicionales. Lo que habría supuesto un incremento de la recaudación del 7,8%. Esto se observa de manera más clara con el incremento del 10,1% en los impuestos directos (IRPF, sociedades o medioambientales) y una subida del 1,7% en la recaudación de los indirectos.
En el detalle de cada uno, los ingresos por IRPF alcanzaron los 120.280 millones, un 9,9% más. Este porcentaje es muy similar al de la renta disponible de los hogares, que creció un 9%. Lo que muestra que el aumento del empleo y las subidas salariales y de pensiones repercuten de manera positiva tanto en la recaudación como en la liquidez que llega a la ciudadanía.
En el Impuesto sobre Sociedades, se recaudaron 35.060 millones de euros, un 9% más que en 2022. Este dato muestra que los beneficios empresariales se mantienen a un buen ritmo, al crecer por encima del 15%, con un aumento notable de los pagos fraccionados. Todo ello en un contexto novedoso por la aplicación del tipo mínimo del 15%, además de por la nueva normativa para los grupos en lo referido al cálculo de la base imponible. A pesar de estas nuevas normativas, el incremento del 9% es la respuesta al elevado número de solicitudes de devolución del ejercicio 2021 y el adelanto en el calendario de las devoluciones de la campaña de 2022.
En lo que respecta al IVA, los ingresos crecieron un 1,6%, a pesar de que el gasto sujeto al mismo se elevó un 7,4%. Esto se explica con las medidas para acompañar a la ciudadanía que provocaron rebajas en los tipos de energía y alimentos básicos, además de las nuevas regulaciones sobre aplazamientos y devoluciones extraordinarias. Esto ha provocado una merma recaudatoria de 4.300 millones.