Benedicto XVI preside en la basílica romana de San Pablo Extramuros, en el sur de Roma, la ceremonia con la que concluye la tradicional Semana de Rezos por la Unidad de los Cristianos.
Miles de fieles, así como destacados cardenales y obispos asisten a la ceremonia, entre ellos el cardenal secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, y los purpurados Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, y Francesco Monterisi, arcipreste de la basílica de San Pablo Extramuros.
También participan representantes de las otras iglesias y comunidades eclesiales, entre ellas el metropolita Gennadio, de patriarcado ecuménico de Constantinopla, y el reverendo Richardson, representante personal en Roma del Arzobispo de Canterbury.
La Semana de Rezos por la Unidad de los Cristianos comenzó el pasado día 18. Ese día Benedicto XVI afirmó que la separación de los cristianos impide un anuncio más eficaz del Evangelio, «porque destruye o pone en peligro nuestra credibilidad».
«¿Como podemos dar los cristianos un testimonio convincente si estamos separados?, se preguntó ante unas nueve mil personas que asistieron en el Aula Pablo VI del Vaticano a la audiencia pública.
«Desde que nació el movimiento ecuménico moderno, hace un siglo, siempre hemos sido conscientes de que la falta de unidad entre los cristianos impide un anuncio más eficaz del Evangelio, porque destruye o pone en peligro nuestra credibilidad. ¿Como podemos ser creíbles si estamos divididos?», afirmó el Pontífice.
Hoy, en la audiencia pública imploró de nuevo la unidad de los cristianos, que dijo es «necesaria» para que el mundo crea en Cristo.
El Pontífice dedicó la catequesis a la oración que Jesús pronunció antes de su Pasión.
Benedicto XVI manifestó que la Iglesia es la comunidad de los discípulos que está comprometida en la misión de Jesús de salvar al mundo.
El papa considera la unidad de los cristianos uno de los ejes de su pontificado y ha dicho estar dispuesto a dar pasos efectivos para lograrla.