El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este jueves una resolución para que las mujeres con implantes mamarios tengan un pasaporte que permita controlar estos productos, para evitar otro caso como el de las prótesis defectuosas Poly Implant Prothèse (PIP), hechas en Francia.
En ese pasaporte, que deberá estar firmado por el cirujano y tener copia en el hospital de la intervención, se especificarán las características del implante, los posibles efectos secundarios y una advertencia sobre los potenciales riesgos para la salud y las medidas de seguimiento y atención postoperatorias.
Los eurodiputados, que han aprobado la resolución por amplia mayoría, piden que sea la Comisión Europea la que tome la iniciativa a la hora de regular en Europa el asunto y de paso revise la directiva de productos sanitarios peligrosos.
Para los eurodiputados, «el fraude de las prótesis PIP aporta una prueba más de la necesidad de un sistema de recurso colectivo destinado a ayudar a los consumidores y pacientes a obtener una compensación».
Se calcula que en todo el mundo se comercializaron unas 400.000 prótesis PIP, y en España fueron implantadas a 18.000 mujeres. Estos implantes, de fabricación francesa, fueron retirados del mercado el 30 de marzo de 2010 por las autoridades del país galo, quienes notificaron esa medida a todas las autoridades nacionales de la UE.