En Europa los países anglosajones y nórdicos llevan la delantera en políticas que incentivan la natalidad. Precisamente, estos países han mejorado las tasas de fecundidad. Un buen ejemplo es Noruega, donde las familias reciben 125 euros al mes por hijo durante 18 años y las madres tienen 47 semanas de baja cobrando el 100% del sueldo, y pueden ampliarlo a 57 con el 80% de la retribución. Además, los padres disponen de 14 semanas de permiso.
“Toda persona de nacionalidad francesa o de nacionalidad extranjera que reside en Francia y que tiene a su cargo a un hijo o más que residen en Francia, disfrutará por estos hijos de las prestaciones familiares…”. Las prestaciones familiares representan un porcentaje de la base mensual reguladora tomada para el cálculo (BMAF) fijada a 399 €.
El importe de los subsidios familiares representa, por dos hijos, un 32% de la base de cálculo (127,68 €), un 41% de esta misma base por cada hijo sucesivo, o sea, 163,59€ por cada hijo sucesivo.
El informe del Instituto de Política Familiar subraya las diferencias entre España y la mayoría de los países europeos en medidas para potenciar la natalidad. El gasto medio en familia llega al 2,2% del PIB en Europa (un punto menos en España) y cuatro de cada cinco hogares europeos tienen acceso a prestaciones por hijo. Unas ayudas que van desde 216 euros que reciben en Luxemburgo, a 164 en Alemania y 104 en Bélgica.
En Italia, la ayuda es mayor que aquí, de 77 euros por el primer hijo, pero el límite de renta no es tan restrictivo: se sitúa en los 68.749 euros. Lo mismo pasa en Portugal, que concede 23 euros por el primer menor siempre que la familia no sobrepase los 27.249 euros al año de ingresos.
De Noruega, cuya tasa de natalidad 1.98 hijos por mujer, se destaca también su red de guardarías públicas o subvencionadas. Si un menor no asiste a un centro infantil público, el Estado abona a la familia el coste de este servicio. También, la administración otorga una prestación para el cuidado de los niños. Esta ayuda puede elevarse al 64% de los gastos reales y se puede recibir durante un año.
No todo son ayudas. También se promueven excedencias y medidas para flexibilizar la jornada laboral. Por ejemplo, en los países anglosajones se potencia el trabajo parcial compartido entre dos personas para conciliar la vida laboral y familiar.
Un caso de flexibilidad en las empresas lo muestra Francia, donde los padres pueden ocuparse de sus hijos los miércoles por la tarde, cuando no hay clases de primaria en las escuelas.
La OCDE ha seleccionado los países que mejor combinan la política de ayudas a las familias con una red asistencial fuerte: son Noruega, Finlandia, Suecia, Francia, Países Bajos y el Reino Unido.