Brufau señaló que los «muy altos» precios de los combustibles generaron a finales del año pasado «presión mediática y política», por lo que Repsol se avino «obviamente» a negociar con el Gobierno. «Alcanzamos un acuerdo», señaló.
El presidente de Repsol explicó además que la capacidad de la compañía para compensar la fuerte caída en el consumo responde a la condición de Repsol de «agente dominante» y de empresa «plenamente integrada» en el negocio del »downstream», lo que le permite participar tanto en el refino como en la comercialización de productos.
De hecho, las fuertes inversiones en la ampliación de las refinerías de Cartagena y Bilbao en los últimos años han tenido como resultado una mejora en un 231% de los márgenes en el procesamiento del crudo, hasta 5,3 dólares por barril.
A pesar de que el mercado está «muy deprimido», las mejoras en eficiencia han permitido a la compañía mantener un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de unos 1.500 millones de euros en el conjunto de la división de »upstream».
La compañía, aspira a ser «más eficiente en términos de costes» en sus estaciones de servicio, afirmó Brufau, sin ofrecer más detalles sobre este aspecto. «Tenemos planes muy específicos para mantener la cuota de mercado» e «intentamos mantener los márgenes en niveles del año pasado», afirmó.