Estimular a los niños conociéndolos de manera individual. Esta podría ser una de las máximas del maestro más popular de España. César defiende que cada niño es un universo y tiene unas inquietudes y preocupaciones diferentes por lo que no se puede entrar al aula a dar datos sin saber cómo son estos niños.
Dentro del aula hay unas normas que todos los niños siguen sin rechistar. César es un maestro que todos los niños quieren pero a la vez es serio y estricto con algunas cosas. Hay una zona que es la del profesor donde César tiene sus cosas y su espacio.
Hay un niño que es el cabecilla de los sublevados. Se encarga de recoger todas las quejas que puedan tener los niños, estas son siempre de manera anónima para que los niños no tengan miedo y puedan expresarse con libertad.
Cuando un compañero está hablando todos tienen que escucharlo y no interrumpirle, si alguien le molesta se le pone una cruz. En una de las paredes de la clase se cuelga una lista con los nombres y las cruces. Cuando un alumno tiene cinco cruces tiene que acudir a un abogado para que medie entre el alumno y el profesor.
Hay otra lista en el aula que es para que se apunten los niños que necesitan ayuda en alguna metería o para que otros ofrezcan su ayuda. De esta manera los que van mejor en una asignatura pueden ayudar a los que les cuesta más.
Los niños no están siempre sentados en el mismo sitio, de vez en cuando César hace cambios en las mesas para que todos interactúen con todos.