La operativa en la Bolsa española se realiza a través de un sistema electrónico de negociación (Sistema de Interconexión Bursátil Español o SIBE) al que se envían las órdenes de compra y de venta de acciones. En realidad, los accionistas no envían directamente estas órdenes, sino que se las comunican a empresas de servicios de inversión (bancos, sociedades y agencias de valores), que son los miembros del mercado, y éstos canalizan las órdenes y las hacen llegar a la Bolsa, enviándolas al ordenador central donde se clasifican en el libro de órdenes de la empresa (valor que cotiza en Bolsa) que corresponda.
A continuación, vamos a explicar el funcionamiento de estas órdenes a lo largo del día, desde las 9 de la mañana hasta las 5:30 de la tarde, es decir, durante el periodo de mercado abierto (también llamado “contratación continua”). Es lo que más popularmente se conoce como “mercado continuo”.
Durante este horario antes señalado, si una orden de compra de una persona como Vd. llega al libro de órdenes de una empresa y allí existe una orden de venta de otra persona a ese mismo precio, la operación se realizará dando lugar a una negociación en bolsa.
Sin embargo, si esa orden de venta no existe, la orden de compra entrante se quedará “esperando” en el libro de órdenes (hablamos en ese caso de una orden pendiente). Mientras la operación no se realice (y la orden, por tanto, esté pendiente), el accionista podrá modificar la orden (porque, por ejemplo, ahora decide pagar un poco más o un poco menos por la acción, o cambiar el número de acciones que quiere comprar, etc.). También podría decidir eliminarla y “marcharse” del mercado (hablamos en ese caso de una cancelación de una orden).
Existen principalmente 3 maneras de que el accionista envíe su orden de compra o venta a la bolsa:
- Órdenes limitadas.
- Órdenes de mercado.
- Órdenes por lo mejor
Analizaremos a continuación a través de ejemplos cada una de ellas:
Órdenes limitadas
Si el accionista quiere, por ejemplo, comprar acciones de una empresa y tiene claro el precio máximo que está dispuesto a pagar, puede utilizar una “orden de compra limitada”. Se trata de un tipo de orden en la que el accionista marca el precio máximo por el que compraría acciones de esa empresa.
Por ejemplo, si un accionista envía una orden de compra de acciones de la empresa “Telefónica, S.A.” limitada a 9,48 euros, podrá comprar las acciones a ese precio, pero también a un precio menor (si es que en el otro lado del libro de órdenes hay alguien que las vende a un precio más bajo); esto le resultaría aún más ventajoso.
Por otro lado, si el accionista quiere vender las acciones y tiene claro cuál es su precio mínimo de venta, puede utilizar una “orden de venta limitada”. En este caso el accionista marcaría el precio mínimo por el que vendería las acciones de esa empresa. Así, al enviar por ejemplo una orden de venta de acciones de Telefónica limitada a un precio de 9,50 euros podría vender a ese precio o a uno superior, todavía más atractivo para el accionista.
El libro de órdenes que aparece arriba es una pantalla del Terminal SIBE Smart en el entorno de formación –pruebas-; es decir, no es un ejemplo real pero el funcionamiento es exactamente igual en acciones de una compañía real. Aquí, con fines pedagógicos trabajamos con este valor de pruebas “PRU25” (pero si fueran acciones de Telefónica, aparecería “TEF” y los volúmenes y precios de las acciones de esta empresa).
En la anterior pantalla, por tanto, se puede ver cómo el mejor precio de compra (lado izquierdo) en ese momento es una orden de 1.000 acciones a 2,95 euros; después (justo debajo) aparece otra orden de compra de 625 acciones a 2,94 euros.
Sin embargo, el mejor precio de venta (lado derecho de la pantalla) es una orden de 100 acciones a 2,96 euros; después (justo debajo) aparece otra orden de venta de 2.500 acciones a 2,97 euros. Por último, debajo de la anterior, aparece otra venta de 1.600 acciones a un precio de 2,98 euros.
Si, partiendo del libro de órdenes anterior, un accionista envía ahora una orden de compra de 2.800 acciones limitada a 2,97 euros, esto significa que desea comprar un total de 2.800 acciones y que como máximo está dispuesto a pagar por ellas un precio de 2,97 euros. La ventana de introducción de órdenes sería la siguiente:
Según el libro de órdenes inicial que vimos antes (primera pantalla), nuestra orden de compra “va contra las ventas”, y el accionista compraría entonces 100 acciones a un precio de 2,96 euros en una primera operación (dado que, a pesar de que está dispuesto a pagar 2,97 euros, hay una venta a un precio de 2,96 euros, lo que es beneficioso para él o ella). Después compraría 2.500 acciones a un precio de 2,97 euros en una segunda operación (lleva ya 2.600 acciones compradas) y no se producirían más operaciones, dado que el siguiente precio que se puede visualizar en el lado de las ventas es de 2,98 euros, y el accionista quería pagar como máximo 2,97 euros.
En resumen, el accionista ha comprado un total de 2.600 acciones en dos operaciones distintas (100 acciones a un precio de 2,96 euros y 2.500 acciones a un precio de 2,97 euros). Dado que quería comprar 2.800 acciones y sólo ha comprado 2.600, las 200 acciones restantes quedan en el libro de órdenes en el lado de las compras esperando a comprar a ese precio, tal como se puede ver a continuación (primera orden del lado de las compras, es el resto no negociado):
En la próxima entrega de “Te lo explico” elaborada por Instituto BME, detallaremos otras formas de introducir órdenes (con las órdenes de mercado y las órdenes por lo mejor) también a través de ejemplos prácticos.