El valor de ganar un Nobel es incalculable en prestigio y visibilidad. Lo que sí se puede calcular, y de eso se encarga el Estado, son los impuestos que se pagarían a Hacienda. En España está exento. En Estados Unidos, los premiados como Bob Dylan tienen que tributar no sólo al recibir el millón de euros del premio, sino también si deciden no cobrarlo.
El último y más controvertido premio Nobel ha sido el del cantautor, que en un primer momento aseguró que no acudiría a recibir el premio. Sin embargo, los estatutos de la organización suiza son claros: si no hay discurso, no hay dinero.
Al final el cantante se decidió por un punto intermedio. No acudió a la ceremonia pero sí que escribió un discurso que fue leído durante la gala.
Si lo rechaza también paga
Aunque hubiese declinado el premio tendría que haber pagado impuestos. «La ley aplica una »recepción hipotética» cuando podrías haber recibido un pago pero decides no hacerlo y tienes que pagar impuestos», explica Robert W. Wood, experto en impuestos de la revista Forbes.
Así que, al final, la única forma de librarse de pagar impuestos sería dar el dinero a la caridad y desgravarlo como donaciones. Eso sí, antes de que llegue a la cuenta del ganador y Hacienda lo registre como ingresos de trabajo. Es lo que hizo el presidente saliente Barack Obama cuando recibió el Nobel de la Paz en 2009.
La cuestión es que un ganador del Nobel no tributa solamente por el dinero en efectivo que recibe, sino que tiene que declarar el valor de la medalla de oro y también todos los contratos derivados de ganar un premio. En el caso habitual, investigadores y científicos, se calcula que ingresan alrededor de 24 millones de euros solamente en contratos »indirectos» del Nobel. Es decir, charlas en Universidades, publicaciones, artículos, venta de libros, etc.
Según este experto, en Estados Unidos los premios están gravados como «otros ingresos» y se debe incluir «el valor de todos los productos de merchandaising y derechos de imagen». Es algo similar a lo que ocurre en España con los futbolistas, no deben declarar solo lo que le paga el club, sino también lo que ingresan en publicidad.
¿Y en España?
Claro que todo depende, al fin y al cabo, del país en el que se tribute. En el caso de España, el millón de euros del premio Nobel estaría exento de tributar, eso sí, solicitando una exención a Hacienda para cada caso concreto.
Eso es porque el erario considera que solamente están exentos los «premios literarios, artísticos o científicos relevantes». El Nobel, así como el Príncipe de Asturias, serían lo suficientemente »relevantes» para no tributar. Pero Hacienda tiene la última palabra y tendrá que contestar a la solicitud en seis meses; si no lo hace y hay un »silencio administrativo» se considerará denegada la exención.
No ocurre lo mismo con los premios de juegos de azar como la Lotería de Navidad o las apuestas deportivas: deben declararse a través del IRPF a partir de 2.500 euros y tributan un 20%.