“Vine aquí para estar con los pobres, con los enfermos de Sida en fase terminal, los niños huérfanos o los viejitos acusados de brujería. La cuestión política del país, es el escenario que ahora envuelve mi vida, pero yo estoy aquí para otra cosa”, así relata su vida en la República Centroafricana, el padre español, Juan José Aguirre.
El golpe de Estado de los rebeldes de Seleka, le pilló en Banguí, la capital del país, y lejos de su Diócesis de Bangassou, en la que ejerce desde hace 34 años y de la que es Obispo desde hace 14. “Vivimos una inseguridad absoluta, allí donde ha llegado Seleka, es la inseguridad total. Las carreteras están cortadas desde hace cuatro meses, y los pilotos sudafricanos que nos llevaban con los aviones de Cruz Roja se han marchado a Camerún”, asegura en conversación telefónica con Teinteresa.
Al ‘Obispo de los pobres’ le gustaría volver a Bangassou, donde los rebeldes se adelantaron el 11 de marzo. Según le han contado, Bangassou ya ha visto de todo: “violaciones y saqueos”.
TIROTEOS, SAQUEOS Y VIOLACIONES
Mientras Aguirre resume el nuevo drama que sacude al país, durante unos segundos, se escucha de fondo un ruido de metralla, “la casa en la que me encuentro está detrás del Palacio Presidencial, con lo cual, expuesto a muchos tiroteos”, explica el sacerdote que afirma que “hoy hay menos tiros, la población se atreve a salir a la calle. En los días anteriores, se ha vivido un expolio auténtico”.
El obispo cree que las cosas se han calmado ligeramente porque “el presidente ha tomado cartas en el asunto y ha elegido, de nuevo, al primer ministro del anterior Gobierno (el del presidente derrocado Francois Bozizé), que es un Centroafricano muy conocido, puede que eso haya calmado las cosas”, apunta.
Pero todavía queda mucho para que la población pueda caminar tranquilamente por la calle. En estos días, explica Aguirre, “ha habido muchos muertos, por balas pérdidas. Niños y ancianos. La morgue está saturada de cadáveres. Y además, se descomponen porque no tenemos luz desde hace cuatro días”.
«NO SE RESPETA NI A LA CRUZ ROJA»
La falta de electricidad en la mayor parte de los barrios de Banguí hace que resalte, todavía más, “la luna llena, que incluso hace sombra, pero que favorece que además, bandas de pilladores asalten por la noche”.
Y es que en la capital de la República Centroafricana, según el padre español, “se han vivido tres días de saqueos, mañana y noche. Y se han pisoteado todos los derechos humanos”. Relata que ni siquiera la Cruz Roja escapa. «La han saqueado y sus trabajadores no pueden salir libremente porque les disparan. No respetan ni a la Cruz Roja”.
LA CATEDRAL FUE TOMADA EL DÍA DEL DOMINGO DE RAMOS
Pero eso no es sorprendente al escuchar el relato de lo sucedido el pasado domingo, el de Ramos, en la Catedral de la Capital. “Entraron con sus metralletas e hicieron sacar todas las llaves de los coches para llevarlos”, mientras la gente yacía tumbada en el suelo, “pero a todo el mundo le da exactamente igual”, acusa Aguirre. Más de 200 coches han sido sustraídos.
La mitad de la población del país es cristiana, y según el sacerdote, “los rebeldes han atacado todo lo cristiano y han dejado lo musulmán”.
Sin embargo, el español cree que Seleka no tiene la simpatía de la población. “Personalmente no le veo mucho futuro, y la gente de aquí de Banguí, y muchos en el país, llevarán mal un gobierno islámico”, argumenta.
LOS REBELDES NO TIENEN EL APOYO DE LA POBLACIÓN
Prueba de ello, es según el Obispo, que ayer, “uno de los coches que habían robado, y decapitado para instalar una metralleta”, tuvo un accidente en una de las principales arterias de la ciudad, “dieron varias vueltas de campana. Alguien me dijo que algunos, aplaudían. La gente no está de acuerdo con que estos extranjeros chadianos estén aquí gobernando el país”, asegura.
La entrada de los soldados islamistas de Seleka es un capítulo más en la turbulenta historia contemporánea de la ex colonia francesa. “Es un país con más de 20 años de guerra civil y el segundo más pobre del mundo”, explica. “Hace 40 años, cuando todavía había muchos franceses, a la capital la llamaban, ‘Bangí la coqueta’, ahora, sin embargo, es una ciudad muy difícil de vivir. Es un país de alto riesgo”, cuenta el sacerdote.
LAS ARMAS, PODRÍAN VENIR DE LIBIA
Según relata Aguirre, la mayoría de los rebeldes, “muy bien uniformados y armados” son extranjeros, principalmente del Chad. “Son un grupo de bandidos. Muy pocos tienen ganas de gobernar el país, no les importa nada la República Centroafricana. Ellos sólo quieren cobrar un botín, fruto de tantos meses de lucha hasta que han avanzado a la capital”.
La gran pregunta es quién financia a estos soldados, “creemos que todas las armas que Europa vendió a Gadafi, ahora se han desperdigado en grupos islamistas por todo el Magreb y el Sahel”, explica el Obispo de Bangassou. “Estas facciones ya lo intentaron con Malí, pero allí el Gobierno francés les puso el stop. Con Centroáfrica, han mirado para otra parte descaradamente”, relata Aguirre que explica la desafección francesa por su excolonia probablemente porque “el presidente depuesto, Francois Bozizé, tuvo gestos de desdén muy gordos hacia Francia”.
FRANCIA DA LA ESPALDA PORQUE NO OBTUVO LA EXPLOTACIÓN DE MATERIAS PRIMAS
El menosprecio de Bozizé había tenido hasta ahora, repercusiones económicas para París. Como explica el sacerdote, “Centroáfrica es un país muy rico en materias primas, pero sin los medios para extraerlas”. Francia estaba interesada en explotar el uranio y el petróleo del norte del país, pero “en un determinado momento la República de Centroafricana le dijo no, a compañías francesas, y concedió la prioridad a compañías chinas y coreanas. Eso es lo que llamo yo, tratar con desdén a un país que quiere asegurarse que sus compañías estén extrayendo las materias primas”, relata Aguirre.
CRISIS HUMANITARIA: SE NECESITA DE TODO
Por eso, explica, que a los galos sólo les “interesan los 1.200 franceses que hay aquí, de los cuales ya ha partido un primer grupo hoy, llenando hasta los topes un avión de Air France”.
Y mientras, en Banguí, pero sobre todo en la Diócesis de Bangassou “donde hemos vivídos asfixiados por la presión de los rebeldes desde hace cuatro meses”, falta de todo: medicinas, pan y carburante.
CRUZ ROJA HA RECOGIDO 78 CUERPOS
Por otro lado, La Cruz Roja centroafricana anunció que «recogió 78 cuerpos» en las calles de Bangui desde que la capital fue tomada el 24 de marzo por los rebeldes de Seleka, y ha pedido ayuda a la población para identificarlos.