Es un hecho sociológico, pocas cosas unen más que un enemigo común. Visto a esa luz, no sorprende tanto el acuerdo de coalición entre el partido de extrema izquierda, Syriza, y la derecha «populista» de Griegos Independientes.
“Tienen algunas diferencias, no es el matrimonio más feliz pero tampoco había demasiadas posibilidades. Los comunistas son antieuro y antieuropeístas; los socialistas han criticado a Syriza. Y el partido To Potami (El Río) no se ha definido, parece que prefieren permanecer en la oposición”, valora Evangelos Liaras, investigador del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC)
Ambas formaciones llevan en su programa la oposición a las políticas de austeridad impuestas por la troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea).
“El primer punto de encuentro es que ambos señalan los errores de la gestión de la crisis económica dictada desde Europa. El segundo punto común, es que las dos formaciones proyectan alternativas a la política convencional”, explica José María Peredo, Catedrático de Comunicación y Política Internacional de la Universidad Europea.
«Lo que les une es la idea de un nacionalismo económico y el rechazo a políticas que consideran humillantes«, impuestas desde Bruselas, recalca Liaras.
La semana pasada, Panos Kammenos, el presidente de Griegos Independientes ya dijo estar dispuesto a pactar con Syriza.“Aunque con Syriza no nos sentimos ideológicamente cerca, no les pedimos que cambien sus posiciones completamente. Les pedimos que respeten las nuestras y lo que decimos, mientras que nosotros respetaremos las suyas”, señaló.
Así, el partido de los Griegos Independientes buscaría concesiones en materia impositiva y religión. Casi todo les separa en su visión de la sociedad. Por ejemplo, «no hay consenso sobre la inmigración», aclara Liaras.
Con Tsipras, será la primera vez que Grecia tenga un Primer Ministro que no jure su cargo sobre la Biblia porque se identifica como ateo.En el polo opuesto, el partido nacionalista, los Griegos Independientes consideran la iglesia Ortodoxa como «patrimonio nacional«, «el alma de Grecia».
También tienen una visión opuesta del matrimonio gay. Y similar brecha podría existir a nivel económico porque Kammenos se considera liberal.
«Difieren, en su concepción de Europa. Los Griegos Independentistas tienen un sentido más nacionalista de la »corrección europea». No se trata tanto de los económico pero sí de respetar la soberanía de las instituciones helenas. Su visión va más en el sentido de los euroescépticos del Reino Unido», aclara Peredo. «En Syriza lo que tratan es un cambio radical del concepto de Europa. No se oponen a la idea de Europa, lo que tratan es de asentar otro modelo. La divergencia es muy clara», concluye el Catedrático de la UEM.
«De momento, prima la cuestión económica«, apunta Liaras (refiriéndose a la posición contra la austeridad), «pero ninguno se ha identificado como antieuropeo. Si alguien critica a Europa, o las políticas, o está en desacuerdo con ciertos dirigentes, no significa que sea antieuropeo», difiere.
Kammemos formó su partido en 2010 como una escisión del conservador Nueva Democracia, el grupo conservador de Antonis Samaras, que ha sido la segunda fuerza más votada. Su retórica es nacionalista, pero sobre todo se opone al «austericidio”.
En los últimos días ha llegado a decir que la “deuda griega debía ser auditada, guste o no”, y su discurso es menos conciliador que el del líder de Syriza, Alexis Tsipras. Según Kammemos , “Europa está siendo gobernada por neonazis alemanes”.
Las palabras encendidas de Kammenos han llegado a rozar el antisemitismo, al decir que los judíos griegos pagan menos impuestos que el resto de compatriotas.
Syriza ha obtenido 149 de los 300 escaños del parlamento, quedándose a dos de la mayoría absoluta. Junto a Griegos Independientes (13 escaños), logra así la mayoría en el Parlamento de 162 diputados.