Hasta hace semanas parecía una aspiración utópica con pocas posibilidades de prosperar pero las encuestas se han dado la vuelta y una Escocia independiente se dibuja como una alternativa real. Hay muchas incertidumbres sobre qué pasará si el 18 de septiembre triunfa el sí pero ese resultado llevaría a:
–La bandera del Reino Unido se quedaría sin azul. El color azul que simboliza a Escocia en el “Union Jack” debería desaparecer. Además el país se vería privado de un 8% de la población y un 30% de su territorio.
–Una nueva moneda. Los independentistas quieren conservar la libra esterlina. Una posibilidad a la que se ha negado el Banco de Inglaterra. Además la posibilidad de entrar en el euro se configura como un proceso largo. Primero habría que ver si el país puede regresar a la Unión Europea. Así los escoceses deberían dar a luz una nueva divisa que según los expertos se vería sometida, en un primer momento, a una intensa devaluación.
–Sin submarinos nucleares y con nuevas fronteras. Además de configurar nuevas fronteras con sus aduanas, los escoceses se verán privados del sistema defensivo del Reino Unido. En Escocia residen cerca de 10.000 soldados, hay una base naval y otra área. Todos esos efectivos serían repatriados al Reino Unido.
–Escocia debería negociar todos los nuevos tratados internacionales. Desde la Unión Europea a la OTAN o la ONU, Escocia debería renegociar su ingreso en multitud de Organizaciones Internacionales que son vitales. En juego, la duración de esas negociaciones que habitualmente son procesos largos, mientras quedaría en tela de juicio su capacidad defensiva o las posibilidades de beneficiarse del mercado único europeo.
–Incógnitas sobre los Juegos Olímpicos de 2016 en Río. Como punto final, no hay que olvidar que unos meses después de esa declaración de independencia se celebrarían los Juegos Olímpicos. Hasta ahora, escoceses, galeses, ingleses y norirlandeses representan al Reino Unido. Se plantearía la cuestión si la nueva nación escocesa tendría recursos y atletas suficientes para presentar su propia delegación.