Ni su capacidad de trabajo, ni su conocido don de gentes han podido obrar el milagro al que Rafael Santamaría se ha aferrado hasta el último momento: evitar la suspensión de pagos de Reyal Urbis, la mayor inmobiliaria de España.
Santamaría corre ahora el peligro de pasar a la historia como el presidente de la compañía que ha presentado el segundo mayor concurso de acreedores de la historia. Para los expertos, el anuncio no ha sido una sorpresa. El desastre comenzó en 2006, cuando Reyal adquirió a Banesto su inmobiliaira, a través de una OPA de 3.300 millones pero financiado por el propio Banesto y por el Banco Santander. La deuda ha sido demasiado para ser digerida en plena crisis inmobiliaria.
Una crisis que Santamaría, a pesar de su formación, y de haber sido presidente de la patronal de promotores de Madrid (Asprima) no supo anticipar. Todavía en 2007, Santamaría restaba importancia al bajón de las ventas en el sector porque ya había pasado otras crisis inmobiliarias. Ha sido la mala combinación de crisis más deuda la que ha frenado a Reyal, una compañía que Santamaría heredó de su padre y cuyo origen se sitúa en el negocio de la alimentación. Su última joya ha sido el edificio Castellana 200, que debía ser un complejo de viviendas,hotel, y centro comercial. Al final ,los bancos acreedores (Santander, BBVA, y Sabadell) se lo han quedado para dejarlo en un complejo de oficinas. También los Centros Comerciales de Madrid, La Esquina del Bernabéu y el ABC de Serrano son obra de Santamaría.
Menos gloriosa pero definitivamente más polémica es la promoción de Valdeluz. Santamaría, construyó la ciudad fantasma que se encuentra junto a la estación del AVE de Yebes (Guadalajara). El proyecto se fraguó con José Bono al frente de Castilla La Mancha, un gran amigo, reconocido de Santamaría. Las acusaciones de cohecho, han llegado hasta el Tribunal Supremo, pero los jueces no vieron nada sospechoso, más allá de la relación personal.
Entre sus amigos, también se encuentran otros nombres conocidos como el presidente de la patronal madrileña, Arturo Fernández. También el exalcalde de Madrid, el popular José María Álvarez del Manzano, que llegó a ocupar cargo en el Consejo de Administración de Reyal.
Este año, Santamaría ha salido por primera vez del ránking de los 100 más ricos de España, según El Mundo, pero durante toda la década del 2000 fue uno de los nombres que solía aparecer en las listas de grandes fortunas del país. Ahora, según un artículo de El Confidencial, todo el patrimonio del constructor estaría en venta: desde su casa de Madrid, hasta sus fincas.
Con todo, él se mantiene al pié de la empresa. Con el concurso voluntario ha conseguido evitar que los acreedores puedan apartarle de la gestión de Reyal. Santamaría todavía confía en poder salir de la situación y llegar a un acuerdo con los bancos, lucha ante todo por salvar lo que queda de una empresa familiar que supo levantar.