«Hoy nos despedimos de una de las figuras más relevantes y que más ha aportado a la renovación de la ópera del último siglo», ha manifestado el ministro, para quien «Mortier era un entusiasta de la ópera y un incansable profesional que supo espolear la imaginación de la afición con montajes que generaron un rico debate intelectual».
Según el titular de la cartera de Educación, Cultura y Deporte, «Salzburgo, la Trienal de Ruhr, la ópera de París y su trabajo en el Teatro Real» dejaron montajes «inolvidables y de gran calado».
«Continúan frescos en nuestro recuerdo colectivo, por ser más recientes, »Brokeback mountain» o »The perfect american» de Philip Glass, que situaron a la producción del Teatro Real bajo la atención del público y la crítica internacionales», ha concluido Wert.