El Gobierno de Italia debería apostar por la participación de los damnificados y por la utilización de materiales de aislamiento sísmico en la reconstrucción de las localidades del centro del país afectadas por el terremoto de la semana pasada, dijo hoy a Efe el arquitecto chileno y Premio Pritzker, Alejandro Aravena.
En una entrevista con Efe, el comisario de la Bienal de Arquitectura 2016 señaló que en los procesos de reconstrucción de los municipios dañados por un desastre natural es esencial que se involucre a la comunidad que ha sufrido la pérdida de sus hogares.
Para Aravena, no solo es importante garantizar una pronta reconstrucción de las zonas azotadas por el seísmo del centro de Italia, sino que también que los evacuados participen en esta reedificación.
Con sus aportaciones, dijo, es posible conocer si antes de la catástrofe había complicaciones que disminuían su calidad de vida que ahora se pueden mejorar.
«Toda crisis es una ventana de oportunidad en la medida en que uno se ocupa de una tragedia como un momento para hacer cambios que en circunstancias normales nunca hubieran ocurrido. Quizá se pueda hacer que incluso los momentos dolorosos de una comunidad que sufre estas tragedias puedan tener algo de sentido», dijo.
Aravena puso como ejemplo el proyecto de la reconstrucción de Constitución, en Chile, una ciudad de unos 50.000 de habitantes que fue devastada por un terremoto y un posterior tsunami en 2010.
Para la reconstrucción de la ciudad, Aravena y su equipo consultaron a la población qué problemas afrontaban cada día en la ciudad y estos, además de pedirles levantar estructuras que resistieran el impacto de futuros tsunamis, también les solicitaron que solucionaran problemas que tenían en relación a las inundaciones cuando había lluvias.
Aravena trasladó este ejemplo a Italia y argumentó que el país tiene ahora la oportunidad de reconstruir localidades devastadas como Amatrice o Accumoli no solo centrada en preparar edificios para soportar futuros desastres naturales, sino también resolver otras cuestiones que la comunidad considera que no habían sido atendidas.
Además de la participación ciudadana, Aravena se refirió a la importancia de que el Ejecutivo de Matteo Renzi elabore un plan de actuación y reconstrucción que tenga en cuenta la utilización de materiales de aislamiento sísmico.
Estos materiales, dijo, permitirían no solo que los edificios no se desplomen ante futuros terremotos sino que sigan siendo útiles en la gestión del posterremoto, porque sirvan, por ejemplo, de centros para acoger a los evacuados.
«No necesitas solo que las estructuras no se caigan, sino que cuando hay damnificados, algunas estructuras tienen que quedar útiles, como la escuela porque muchas veces son los colegios los que se usan de albergues para refugiados», apuntó.
Explicó que «un sismo es una cantidad energía que entra en una estructura que tiene que poder ser resistida o liberada».
En este sentido, prosiguió, o se construyen edificios «suficientemente fuertes como para que la energía que le entra no la rompa», pero «a un costo altísimo», o se desarrollan «sistemas que puedan liberar la energía que les entra» a un costo más reducido.
Por ejemplo a través de «materiales livianos que se aceleran poco, como la madera, o por sistemas que pueden moverse y que son flexibles y liberan la energía por movimiento».
Citó el caso de Chile y de las estructuras que son capaces de romperse cuando hay terremotos, pero sin desplomarse por completo.
Estas estructuras que se rompen, posiblemente tengan que ser demolidas con posterioridad, dijo, pero «al menos se salvan vidas».
Finalmente, apuntó a la necesidad de analizar los periodos de vibración de los suelos y de las estructuras que se construyen encima para que no colapsen.
«Los suelos tienen periodos de vibración naturales. Más rocosos, son periodos de vibración más largos, más arenosos son periodos de vibración más cortos», sostuvo.
«Si uno tiene un mapa de los suelos es más fácil escoger luego que las estructuras que se posan sobre ellos, que también tiene periodo de vibración naturales, no coincidan con los del suelo porque cuando entran en resonancia, colapsan», añadió.
Aravena nació el 22 de junio de 1967 en Santiago de Chile, y estudió Arquitectura en la Universidad Católica de Chile.
En 1994 estableció su propia firma, Alejandro Aravena Arquitectos, y desde 2001 dirige Elemental, una plataforma enfocada a proyectos de interés público e impacto social, incluyendo viviendas, espacio público, infraestructura y transporte.
Aravena es conocido internacionalmente por su interés en el diseño participativo y colaborador y por la concepción de que la arquitectura tiene que ser vista como un elemento que mejore la calidad de vida de las personas.
Por Laura Serrano-Conde