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La belleza externa es tanto una opción estética como una muestra de cómo nos encontramos física, mental y emocionalmente. Precisamente por eso en la actualidad es verdaderamente importante el uso de productos estéticos para mejorar el aspecto. En ese sentido, el ácido hialurónico es uno de esos elementos que siempre aparece en las conversaciones sobre aquellas cosas que más y mejor ayudan a cuidar la piel. ¿Pero es tan útil como parece?
Qué es el ácido hialurónico
Se trata de una molécula que está presente en los seres vivos en las partes más blandas, como los cartílagos y la piel. Generalmente se encuentra en gran medida en las aletas de tiburón y la cresta de los gallos, aunque evidentemente los expertos en biología han logrado extraerlo de un proceso de fermentación bacteriana.
Esta sustancia se renueva día a día, pero con el paso del tiempo y conforme se van sumando años es más complicado que este proceso ocurra, por lo que se produce una degradación precisamente en esas partes del cuerpo: la piel, los cartílagos y las articulaciones.
¿Para qué sirve?
Básicamente se puede decir que el ácido hialurónico es una sustancia especialmente hidratante que, aplicado a la piel, obtiene resultados muy positivos en cuanto a su regeneración.
El epitelio se hidrata muy rápidamente al contacto con esta sustancia y mejora su aspecto de un modo inmediato. Por eso es un producto muy utilizado en el ámbito de la estética para mejorar el aspecto de las personas que ya se encuentran en esa etapa en la que su cuerpo no produce tanto ácido hialurónico de manera natural.
Así pues, el ácido hialurónico se ha convertido en el producto más codiciado por aquellas personas que desean mostrar una piel cuidada e hidratada, ya que es apto para todo tipo de pieles y en un altísimo porcentaje los resultados son especialmente positivos.
Ácido hialurónico inyectable
En la actualidad no solo existen cremas para la piel con esta sustancia, sino que se han impuesto otro tipo de procesos encaminados a mejorar articulaciones gracias a que el ácido se inyecta en las zonas afectadas.
Un ejemplo es el tratamiento para las rodillas, muy habitual en traumatología para evitar los efectos negativos de la artritis, que consiste en inyectar ácido hialurónico en las zonas más afectadas con el objetivo de reducir los efectos dolorosos y negativos de la degeneración de la zona antes de pasar por quirófano.
También existen complementos alimenticios para introducir el ácido hialurónico en el cuerpo y que las enzimas del estómago sean las que lo integren en el propio cuerpo, de manera que se contribuya al proceso de regeneración que con el paso del tiempo se va haciendo cada vez menos efectivo.
Todo esto demuestra la importancia del ácido hialurónico como elemento indispensable en cuanto al cuidado estético e incluso médico enfocado a mejorar el aspecto. Integrar el uso de tratamientos y procesos relacionados con esta sustancia es una opción ideal para reducir o frenar los signos del envejecimiento.