El presidente de Cuba, Raúl Castro, asistió a la función de reapertura del «Teatro Martí» de La Habana, tras el largo y complejo proceso de restauración al que fue sometido para devolverlo a la actividad pública después de su cierre en 1977.
El programa del espectáculo incluyó fragmentos de piezas del teatro lírico como «María la O», «Cecilia Valdés», «Amalia Batista» y «Lola Cruz», de autores cubanos como Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona y Rodrigo Prats, interpretadas por una orquesta juvenil de guitarras, cantantes y varias agrupaciones corales.
El ballet de Lizt Alfonso, el Conjunto Folclórico Nacional y la compañía del Anfiteatro del Centro Histórico habanero completaron el programa titulado «Volver al Martí», que marcó vuelta a la vida del inmueble que cumplirá 130 años en unos meses.
La amplia representación del Gobierno que presenció el acto incluyó al vicepresidente primero Miguel Díaz-Canel, el titular del Parlamento Esteban Lazo, los vicepresidentes Ricardo Cabrisas y Salvador Valdés, y los ministros de Relaciones exteriores, Bruno Rodríguez; Turismo, Manuel Marrero; Interior, Abelardo Colomé, y Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca.
El deterioro de su infraestructura obligó al cierre de la sala en 1977, y a principios de la pasada década se iniciaron las obras para la conservación de la mayoría de sus elementos originales aplicando solo las modificaciones indispensables, según explicaron a Efe responsables de su restauración.
Restaurarlo lo más fielmente posible al original y acorde a un teatro tradicional contemporáneo para usarlo en escenificaciones teatrales, musicales, bailables y reuniones fue el objetivo principal de la obra, dijo la proyectista general, Marilyn Mederos.
Empresas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, y del ministerio de Cultura de la isla acometieron los trabajos para preservar sus valores arquitectónicos e históricos pero también dotar a la instalación de recursos más modernos en algunas de sus áreas como la climatización, el sonido y las luces.
Arquitectos, ingenieros, muralistas, electricistas, albañiles, carpinteros, restauradores y otros especialistas se empeñaron hasta el detalle en el rescate de la antigua sala, que se recuerda por sus representaciones de teatro bufo y el vodevil, zarzuelas, óperas y operetas, dramas y obras vinculadas a temas patrióticos.
Conocida también como el «Coliseo de las cien puertas», esta edificación de estilo neoclásico fue inaugurada el 8 de junio de 1884, y se llamó en sus inicios «Irijoa», como su propietario, el vasco Ricardo Irijoa.
Pero en 1901 tomó su nombre definitivo en homenaje al Héroe Nacional José Martí, prócer de las guerras independentistas de la isla.