El teatro tiene su propio «techo de cristal» para las mujeres y está en la producción y el enfoque de los montajes, «donde el poder se juega las cartas», asegura en una entrevista con EFE la actriz Isabel Ordaz, protagonista del ‘melodrama clásico’ «He nacido para verte sonreír».
«He sido considerada y bien pagada y he vivido una paridad real, pero hasta cierto punto. Está ese famoso techo de cristal y eso creo que existe en el teatro. Los puestos de poder siguen estando llevados más por hombres», explica la actriz.
La creación dramatúrgica, reclama, debería dejar atrás ese «perfil patriarcal», fruto de «un cierto masculinismo», que aún «se arrastra».
Ordaz (Madrid, 1957) vuelve, a partir del 11 de enero en el Teatro La Abadía, con «He nacido para verte sonreír», la obra dirigida por Pablo Messiez y escrita por Santiago Loza en la que un «ama de casa de los cincuenta» (Mirian), necesita «descargar su conciencia entre el pasado y el futuro».
La obra retrata a una madre despidiéndose de su hijo mientras aguardan a que el padre vaya a buscarlos para partir a un largo viaje, aunque de alguna manera el hijo ya se fue hace tiempo: se encerró en sí mismo, y su progenitor decide llevarlo a un hospital para que se cure su trastorno mental.
«Desgrana la historia y los sentimientos de una madre y todo su mundo interior, ante el dolor de la enfermedad mental de su hijo Rubén -que en esta ocasión interpreta Fernando Delgado-Hierro- y su internamiento», explica Ordaz, que reconoce que ha tenido que «darlo todo» en un personaje «que exige muchísimos recursos».
Asegura que lo que se muestra en «He nacido para verte sonreír», que se repone gracias al éxito que obtuvo el pasado mes de marzo en La Abadía, es «un drama humano», el de «la situación de la mujer y el estigma hacia las enfermedades mentales».
«Esta obra me da una oportunidad para representar a esas mujeres que han vivido una gran soledad, en la que su único universo era el doméstico y, más que personas, eran esposas y madres, siendo censuradas en toda otra manifestación personal. Es un homenaje hacia ellas», dice.
El texto, «una dialéctica entre el silencio y la palabra», no se queda en un solo género sino que mezcla «poesía, ironía, humor y costumbrismo» en un paisaje que, a través de una «voz poética» va relatando las dificultades que se presentan a la pareja protagonista.
«He nacido para verte sonreír», la primera obra del argentino Santiago Loza que se ha montado en España, retrata también la cotidianeidad de las enfermedades mentales, con una naturalidad muy alejada del «estigma» que las rodea.
«Con las enfermedades mentales pasa lo mismo que pasó con el cáncer o el sida, que las infraestructuras van contemplando, poco a poco, una mayor asistencia, por parte de las instituciones», dice Ordaz.
La actriz, además, aboga por que el teatro sea «un espacio de creación conjunta», una forma de trabajo que, afirma, se perdió con «la crisis que asesinó al teatro».
En contrapartida, gracias a esa crisis, «la creatividad ha aflorado y están surgiendo pequeñas iniciativas de mucho riesgo» que hacen que el teatro viva un «mini ciclo de oro».
«El directo del teatro tiene algo muy sombrío, que es lo efímero, pero también está lleno de luz, porque la gente tiene un contacto directo con el artista», expresa Ordaz, en comparación con el cine, «que busca ese modelo de eterna juventud en la imagen».
Además de su faceta como actriz, Ordaz es poeta y ha publicado cuatro poemarios y un libro de relatos cortos: «no descarto que este año vea la luz otro nuevo… si tengo tiempo para hacerlo», añade riéndose.