Alrededor de 150 periodistas esperaban expectantes la declaración de Antonio Ortiz, el supuesto pedersta de Ciudad Lineal que se ha sentado en el banquillo de los acusados para ser juzgado por violar a cuatro niñas hace dos años. Sin embargo, Ortiz ni siquiera ha pestañeado.
No ha intentado defenderse ni tampoco ha aceptado los cargos que se le imputan. Se ha negado a contestar a las preguntas de la Fiscalía, las partes, e incluso, las de su propio abogado.
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“No voy a decir nada”
Una estrategia, la de guardar silencio, que ha mantenido desde que fue detenido en 2014. Las pruebas de su culpabilidad parecen tan abrumadoras que cualquier intento de defensa habría sido en vano. “No voy a declarar nada”, han sido sus únicas palabras.
Vestido con un chándal gris, Ortiz ha permanecido impasible ante el tribunal mientras la presidenta le preguntaba si comprendía los cargos de los que se le acusan. Su único gesto ha sido taparse la cara cuando los periodistas han entrado para tomar imágenes de la pequeña sala de vistas.
Las declaraciones de las víctimas
El que sí ha hablado ha sido su abogado. Asegura sentirse “cabreado” porque Ortiz “ya ha sido condenado” mediáticamente antes de que se realice el juicio.
A puerta cerrada, sin público ni periodistas, ha continuado el juicio con las declaraciones grabadas de las cuatro niñas de las que presuntamente abusó Ortiz. Nos quedaremos con la duda de si el acusado permanece también impasible al escuchar a las pequeñas.
La Fiscalía, que pide para él 77 años de prisión e indemnizaciones de más de 425.000 euros para las cuatro víctimas. Menos indulgentes son las acusaciones de las familias, que piden hasta 147 años de prisión, aunque según la legislación española el máximo de permanencia en la cárcel es de 25 años.
El juicio continuará hasta diciembre y lo que sí podremos escuchar serán las declaraciones de los peritos de la Policía que explicarán las múltiples pruebas en contra de Ortiz, como el ADN encontrado en la casa en la que supuestamente cometía los abusos.
También declararán testigos y familiares para explicar cómo fueron raptadas las niñas y los médicos que trataron sus secuelas físicas y psicológicas.