La Sala ha considerado probado que en la tarde del 14 de agosto de 2016 el acusado, tras haber consumido alcohol en cantidades que afectaban levemente a su capacidad intelectiva y volitiva, se dirigió a un grupo de menores que se encontraba en la playa.
Luego, se quitó el bañador en el mar y comenzó a correr desnudo tras los chicos, momento en el que uno de ellos tropezó y se cayó en la arena, siendo alcanzado por el hombre.
Éste, con el ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, lo alcanzó y frotó sus genitales con la espalda del menor.