En un mundo dependiente de los aparatos electrónicos, la duración de la energía de estos es una de las principales preocupaciones de sus propietarios. Incluso ya se han detectado varias patologías que afectan en masa al ser humano, como la nomofobia o el miedo a quedarse sin acceso al teléfono móvil. Sin embargo, muchos de estos fenómenos están a punto de llegar a su fin. Un joven suizo ha inventado una microturbina eólica dispuesta a revolucionar la carga y alimentación de dispositivos. Sobre todo si se realiza en ambientes al aire libre.
“Después de quedarme sin batería en mi smartphone repetidamente durante largos recorridos de trekking -senderismo-, me pregunté qué hacen los alpinistas profesiones cuando les ocurre esta situación”, explica en su página web Nils Ferber, el estudiante de la Escuela Cantonal de Arte de Lausana (ECAL) que está detrás del artilugio.
Ferber se refiere estar comunicado u orientado ante cualquier adversidad natural, además de compartir esos momentos únicos con todos sus amigos. Cargar cualquier instrumento electrónico lejos de la civilización durante largos periodos de tiempo puede garantizar la supervivencia de un excursionista y, si así lo desea, estar a la vez conectado a la vida cotidiana.
Su invento es simple, fácil de portar y muy versátil. Puede utilizarse en multitud de lugares, incluso con poca velocidad de viento. Consiste en un rotor vertical que está basado en una turbina optimizada. Las velas atrapan el viento en cualquier dirección y sin necesidad de más mecanismos o funcionalidades externas.
La turbina pesa menos de un kilogramo, opera de día y de noche y también puede utilizarse como bastón de senderismo. Para cargar los dispositivos utiliza un puerto USB, además de tener integrado un paquete de baterías con una capacidad de 24Wh.
“Me puso en contacto con un número importante de montañistas, escaladores y jefes de expedición para preguntarles sobre sus experiencias al respecto, entendiendo los requisitos y las condiciones climáticas más usuales en sus aventuras”, explica Ferber.
Las peticiones que más se repitieron fueron la dependencia de la energía solar, pues la mayoría utilizaba paneles solares para recargar, y el aprovechamiento del viento, ya que era una característica común en todos sus viajes.
Ferber todavía no ha comenzado a comercializar su producto. Ahora se encuentra en la fase de buscar inversores y de feedback del proyecto: intenta que el coste de la turbina sea inferior para poder llegar a un público mayoritario. No obstante, seguro que no le faltan interesados en su invento. Sus principales competidores (las cargas solares), están construidas de muchas partes complejas, son más pesadas y generan mucha menos energía.
El hermano mayor español
El mecanismo empleado por Nils Ferber es similar al proyecto español Vortex Bladeless, que trata de evolucionar los aerogeneradores actuales por unos nuevos modelos que funcionen sin aspas.
David Suriol, David Yáñez y Raúl Martín son los ingenieros al frente de la empresa Deutecno, que ha desarrollado estos generadores más eficientes (40% más de energía), baratos y con unas ventajas medioambientales más que evidentes: reducen la contaminación acústica y eliminan la muerte de aves u otros animales por las aspas.
Presentaron su prototipo en 2016 y Repsol seleccionó el proyecto para su proceso de incubación de empresas.
Vortex consiste en un cilindro vertical semirrígido, anclado en el terreno y que incluye materiales piezoeléctricos. La energía se genera a través de la deformación que sufren esto materiales al entrar en fricción con el viento. Es decir, aprovecha el efecto calla de vórtices Von Kármán para que el aerogenerador oscile de un lado a otro y así convertir la energía cinética en eléctrica.