La RAE no incluye el término ‘usabilidad’, sin embargo, es un concepto clave para triunfar en el universo web. Procedente del inglés usability, se refiere a la experiencia del usuario con un producto tecnológico: un smartphone, un portátil o simplemente una página de Internet.
Mejorando la usabilidad la web se consigue un doble objetivo: por un lado, garantizar la accesibilidad a los recursos tecnológicos, en mucho caso vitales para el día a día, de personas con capacidades especiales, como invidentes o personas con Síndrome de Down.
Por otro, conseguir webs y dispositivos más intuitivos, fáciles de usar, y en definitiva, más atractivas para los usuarios
¿Cómo hacer que nuestra web sea usable? Al respecto, la escuela de negocios The Valley ha publicado una lista de consejos must do para tener los deberes hechos en términos de usabilidad y así conseguir una web abierta al usuario.
Llegar al sitio en menos de 4 clics
Los usuarios no tienen paciencia, por lo que tu web no puede ser complicada. Hay que evitar que el usuario se pierda en un mar de pestañas y links. Para conseguirlo, es bueno contar siempre con un motor de búsqueda incrustado en la página y un menú claro y conciso, siempre con pocos elementos y pocas palabras. En definitiva, el objetivo es conseguir que el usuario vaya directo al grano y no se pierda con el resto de elementos de la página. Destaca las acciones más solicitadas y facilita el trabajo a aquellos que buscan algo más concreto.
Enlaces que ayuden
Hay que facilitar al usuario acceder a las informaciones que considere interesante. Por ello The Valley aconseja, hay que ayudar al usuario a bichear la web con links a informaciones que pueden resultar interesantes.
Si el usuario lee un término que no tiene porqué conocer y no se enlaza a una web que lo explique, podemos perder su atención. Mientras más mejor: enlaces a artículos, hemerotecas, informes o definiciones de RAE. Todo link es poco si se consigue brindar al usuario cualquier información le pueda ayudar.
Camino con “migas de pan”
Los visitantes necesitan saber en qué parte de la web se encuentran. Por ello es imprescindible informar sobre qué se está haciendo y en qué parte de la web se encuentran.
Para conseguirlo se utilizan breadcrumbs, rutas anexadas que expliquen el recorrido que se ha realizado en la web. ¿Estamos comprando un producto? Informar del paso dado, el paso en curso y el que está por venir, dando la posibilidad de rectificar o volver, siempre darán una sensación de comodidad al usuario y facilitaran la navegación.
Cuida el texto
Igual que resulta incomodo leer un libro con letra extremadamente pequeña o con un texto mal estructurado, los usuarios tienden a huir de las webs con textos poco claros o con formatos poco atractivos.
Por ello, es imprescindible seguir pautas para tener un buen formato: utilizar fuentes inferiores a 14 px, escribir con tipología “sans”, marcar unas líneas de formateado comun para toda la web, y utilizar recursos como negritas, títulos, encabezados, listas, e imágenes. Todo esto ayudará a dinamizar el texto y evitará que el usuario huya a textos más sencillos.
El tiempo es oro
El usuario siempre es impaciente. Por eso es vital garantizar que tu página ruede rápido. Una página lenta es una página peor. Debe analizarse el hosting, la cantidad y el tiempo de carga de las imágenes, los plugins, la plantilla que se utiliza y los scrips externos.
Si se sospecha que la página es lenta, se deben pasar herramientas webs que testeen el rendimiento de la web para decidir si conviene reducir contenido pesado. Una web que tarda 20 segundos en cargar es ya una web que el usuario no querrá volver a visitar.
¡Accesibilidad!
Los usuarios no se andan con chiquitas. No quieren webs complejas o que requieran plugins complicados en el navegador. Una web debe ser accesible desde más dispositivos mejor. Por eso es esencial adaptar tu web a móviles y tablets, y más teniendo en cuenta el vertiginoso ascenso del consumo de internet en dichos dispositivos.
Sensación de control
Las opciones deben estar siempre claras para el usuario. Si tienen la sensación de no saber qué están haciendo desconfiarán y no querrán volver. Para evitarlo son recurrentes el uso de diálogos de confirmación, indicar muy claramente la posibilidad de poder rectificar y no forzar a ninguna acción que el usuario no quiera.
Esto es especialmente importante en webs de ecommerce, donde el usuario puede sentirse engañado si contrata servicios que no quería por problemas de entendimiento con la web.
No bajes la guardia
¿Ya has implementado todas las medidas para que tu web sea usable? Ahora toca no bajar la guardia. Las nuevas tecnologías avanzan y con ellas las exigencias de los usuarios. Utiliza herramientas para analizar tu web, consulta foros, analiza tu página con expertos y pregunta a tus usuarios. En gran medida de ello dependerá que los visitantes tengan ganas de volver o no a tu página web.