Según informa el Instituto Armado en una nota de prensa, se recibió un aviso del morador de una vivienda en el que advertía de que un individuo había intentado forzar las rejas del patio de su domicilio.
Cuando los agentes llegaron al lugar, otro vecino les informó de que un joven había entrado en su casa, había empujado y realizado tocamientos a su hija, menor de edad, y había intentado abusar sexualmente de ella, aunque no lo había conseguido ya que la chica había conseguido zafarse de su agresor y huir. Los agentes también recibieron denuncias verbales de otro vecino.
Todos ellos relataron a los guardias que sus hijas habían sufrido agresiones similares. «Las víctimas se encontraban muy alarmadas y los padres en un estado lógico de enfado, por lo que los agentes intentaron rápidamente localizar al presunto agresor», ha subrayado la Guardia Civil en su nota.
Por la descripción aportada por los testigos, la Guardia Civil sospechó de una persona, R.R.C. de 25 años, se desplazo a su domicilio y allí su madre colabora con los agentes pero el sospechoso se pertrechó en el interior de la vivienda y se negó a salir. El joven acabó huyendo tras saltar desde la azotea.
Tras una complicada persecución, la Guardia Civil consiguió localizarlo y tras darle alcance, el joven forcejeó con los agentes y, finalmente, fue detenido.