Entre las vértebras se encuentra un disco vertebral que se presenta como una almohadilla (algo parecido a las almohadillas de ratones de ordenador gelatinosas). Es la que soporta el peso, y el caminar. Cuando pierde consistencia por rotura de algunas fibras, hace que salga un poco hacia afuera del disco.
Esa situación produce molestias al golpear el nervio. No es muy doloroso, pero se nota, y puede producir problemas musculares.
Cuando se produce la dolencia, es importante evitar cargar peso y hacer deporte. Conviene guardar reposo.
En el momento en el que la dolencia se empieza a notar con mayor frecuencia y se expande a la pierna o a los glúteos, es que la protusión está degenerando en hernia.
No todas las protusiones desembocan en hernia, pero sí son un inicio de ella. Muy poco, pero son una fase muy inicial. Se empieza a llamar hernia cuando comprime una de las raíces.
No es lo mismo una protusión en una persona normal que en un deportista de élite
Cualquier persona que sufra protusión discal es tratada con analgésicos y rehabilitación. Suele aparecer en personas con sobrepeso y con una edad significativa, o en casos de problemas degenerativos de columna o accidente (caer de pie de una distancia de dos metros, por ejemplo, podría producirla).
En el caso de deportistas de élite, cualquier molestia que impida que trabajen al cien por cien se hace más preocupante. Se recomienda reposo y fortalecer la espalda. Sería conveniente operar solo si da excesivos problemas de dolor de forma constante.
La protusión discal puede ser la causante de lesiones musculares, ya que para que no duela, el paciente tiende a alterar su forma de caminar o realizar apoyos, por lo que la fuerza se focaliza en otros músculos que se pueden ver afectados.