Este domingo se celebra el Día Mundial contra la Lepra, una enfermedad que aún existe y tiene cura. En pleno siglo XXI todavía son muchas las personas afectadas por la lepra. Según los datos disponibles, se calcula que unos 14 millones de personas en todo el mundo se han curado de esta enfermedad en los últimos 20 años.
De acuerdo con informes oficiales recibidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 115 países y territorios, la prevalencia mundial de la lepra registrada a finales del primer trimestre de 2013 se situó en 189.018 casos, mientras que el número de casos nuevos detectados durante 2012 fue de 232.857 (excluyendo el pequeño número de casos en Europa).
De los 115 países que en 2012 notificaron nuevos casos, 16 continúan reportando más de 1.000 nuevos casos cada año y acumulan el 95% de los casos de lepra en el mundo. Es decir, sólo en estos 16 países se registraron 220.810 nuevos casos.
Encabeza la lista de países más endémicos India, con 134.752 casos (el 58% de los nuevos casos en todo el mundo), seguido de Brasil con 33.303 (14%), Indonesia, con 18.994 (8%), Nigeria 3.805, Etiopía
( 3.776), Bangladesh (3.688), República Democrática del Congo (3.607), Nepal ( 3.492), Myanmar (3.013) y Tanzania, con 2.528, cerrando las diez primeras posiciones del ránking.La cifra de 232.857 casos de 2012 supone un ligero incremento respecto a 2011, en el que se notificaron 226.626 nuevos casos, si bien este incremento se percibe en el sudeste asiático y en África, y puede deberse, entre otras causas, a la ampliación de la cobertura del programa de lucha contra la lepra en los países más afectados. No obstante, preocupa la disminución gradual de los países que declaran oficialmente sus estadísticas, lo cual impide conocer las cifras reales de la enfermedad.
La mayoría de los países que antes eran altamente endémicos de la lepra han logrado la eliminación a nivel nacional y están intensificando sus esfuerzos a nivel regional y local. Durante el año 2007, la República Democrática del Congo y Mozambique lograron la erradicación a nivel nacional, y se unieron a Timor-Leste (Timor Oriental) a finales de 2010.
Sin embargo, los focos de alto endemismo aún permanecen en algunas zonas de Angola, Brasil, la República Centroafricana, la India, Madagascar, Nepal y Tanzania así como en países que fueron altamente endémicos, como la República Democrática del Congo y Mozambique.
Muy lejos de estas cifras se encuentra España, donde se siguen notificando casos año tras año. De este modo, se registran unos 15 nuevos casos cada año. En 2012 se notificaron nueve, en su mayoría importados, aunque también hay algunos casos autóctonos, generalmente de zonas históricamente endémicas, como Andalucía, Galicia y Levante.
Algunos datos más aportados por la OMS
-A lo largo de los últimos 20 años se han curado más de 14 millones de enfermos de lepra, unos 4 millones de ellos desde el año 2000.
-La tasa de prevalencia de la enfermedad ha disminuido un 90%, es decir, de 21,1 casos por 10 000 habitantes a menos de 1 caso por 10 000 habitantes en 2000.
-La carga de morbilidad mundial por esta causa ha disminuido espectacularmente: de 5,2 millones de casos en 1985 a 805 000 en 1995, 753 000 a finales de 1999, y 181 941 a finales de 2011.
-La lepra se ha eliminado en 119 de los 122 países en los que constituía un problema de salud pública en 1985.
-Hasta el momento no han aparecido casos de resistencia al tratamiento multimedicamentoso.
-Actualmente, las medidas se centran en eliminar la lepra a nivel nacional en los países donde aún es endémica, y a nivel regional y local en el resto.
Gobiernos con escasos recursos
El principal problema para que se sigan dando estas cifras es que «los programas de lepra no trabajan como tienen que trabajar», según apunta José Ramón Gómez Echevarría, director médico de lepra de Fontilles, «a ningún país le gusta decir que tiene lepra», con lo que todo hace pensar que las estimaciones en estos países son a la baja con lo que los datos «no son fiables».
A esto hay que sumarle que se trata de la población más desfavorecida, que son gobiernos con escasos recursos sociales y sanitarios, lo que completa la ecuación que aumenta las tasas de abandono del tratamiento.
Otro problema importante es la falta de una vacuna, una demanda que viene de largo ante la necesidad de un tratamiento que haga posible la erradicación de la lepra o encontrar los reservorios del germen. «Tan solo tenemos un arma para luchar contra la enfermedad que es la medicación» y, aunque es efectiva ya que mata el 99% de la bacteria que causa la lepra, es un tratamiento largo que dificulta su continuidad.
Por tanto, y «dado las escasas armas que hay contra la enfermedad», la solución por el momento, añade, «es aplicar los programas»; sobre todo en aquellas zonas localizadas donde «hay que trabajar intensamente» porque es un «gran problema».
Para ello, «es muy importante que los gobiernos sean «responsables» y se «comprometan», aunque, concluye el doctor Gómez, es necesario que haya una estructura básica sanitaria de control y movilizar más recursos en estos países, además de adoptar estrategias específicas para problemas a nivel sub-nacional (provincias, distritos, municipios).