Un estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ) ha informado de que las personas que trabajan en turnos de noche tienen más riesgo de sufrir un infarto o derrame cerebral que quienes trabajan de día.
La investigación analizó diversos estudios publicados anteriormente en el que estaban involucrados más de 2 millones de trabajadores. Se tomaron en cuenta factores como su nivel socioeconómico, su dieta y su estado de salud.
Durante el período de estudio se produjeron 17.359 eventos coronarios de algún tipo, incluidos paros cardíacos; 6.598 infartos y 1.854 accidentes cerebrovasculares causados por la falta de oxígeno al cerebro.
Previamente, ya se había demostrado que los turnos de noche aumentaban el riesgo de sufrir hipertensión y diabetes. La causa de ello, según ha informado el estudio, es que estos turnos pueden interferir con la función del reloj biológico, lo cual tiene efectos adversos en el estilo de vida.
Sin embargo, no supone un incremento de la tasa de mortalidad, ya que el riesgo asociado a problemas del corazón fue “moderado”.
Dan Hackman, profesor asociado de la Universidad Western de Londres en Ontario, Canadá, afirma que los trabajadores nocturnos tienen más tendencia a dormir y comer mal. “Están en un estado perpetuo de activación del sistema nervioso, lo cual es malo para trastornos como la obesidad y el colesterol”.
Consejos
Jane White, gerente de investigación e información del Instituto de Seguridad y Salud Ocupacional, señala que hay que “limitar los turnos a un máximo de 12 horas y asegurar que los trabajadores tengan un mínimo de dos noches completas de sueño entre los turnos diurnos y nocturnos”.
Ellen Mason, de la Fundación Británica del Corazón, ha indicado que “aunque se trabaje de mañana, de tarde o de noche, hay que comer sano, mantenerse activo y dejar de fumar, pues puede hacer que mejore la salud”.