Ayudar a los demás es bueno para la salud. Al menos así lo ha determinado una investigación llevada a cabo por científicos de la Facultad de Educación y el Departamento de Psicología la Universidad de British Columbia, en Vancuver (Canadá), que ha sido publicada en la revista ‘JAMA Pediatrics’.
Cualquier edad es buena para realizar actividades de voluntariado, que no sólo ayudan a sentirse mejor a quienes ponen parte de su tiempo al servicio de los demás, sino que tienen beneficios en la salud de su corazón.
«Es alentador ver cómo una intervención social para apoyar a los miembros de la comunidad también mejora la salud de los adolescentes», ha indicado Hannah Schreier, que llevó a cabo esta investigación durante sus estudios de doctorado en la UBC.
Para llegar a estas conclusiones se contó con la participación de los estudiantes del centro de la ciudad de Vancouver, a quienes se dividió en dos grupos, uno que realizó actividades de voluntariado regularmente durante diez semanas y otro que estaba en lista de espera para ser voluntario. Los científicos midieron su índice de masa corporal (IMC), inflamación y niveles de colesterol antes y después del estudio, además de evaluar la autoestima, la salud mental, el humor y la empatía de los estudiantes.
Al cabo de diez semanas, el grupo que dedicaba una hora a la semana a trabajar con niños de primaria en programas tras la escuela en su vecindario tenía niveles más bajos de colesterol y la inflamación y el IMC más bajos que los jóvenes que estaban en lista de espera para realizar labores de voluntario.
«Los voluntarios que reportaron los mayores incrementos de la empatía, la conducta altruista y salud mental fueron los que también registraron mayores mejoras en su salud cardiovascular», dijo Schreier, de la Escuela de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí en Nueva York (Estados Unidos). Estudios previos ya han mostrado que los factores psicosociales, como el estrés, la depresión y el bienestar, juegan un papel en la enfermedad.