No desayunar ha sido siempre un sacrilegio en esta religión que es la nutrición; sin embargo, eso que nos dijeron que estaba tan mal se ha ido desmontando con el tiempo hasta quedar casi reducido a un mito, que debe superarse. Nuestras abuelas ya decían aquello de “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”, pero las evidencias científicas han desmentido incluso que sea necesario desayunar.
“El desayuno puede ser la comida más importante del día si así lo deseamos”, explica Aitor Sánchez, dietista-nutricionista, en su libro ‘Mi dieta cojea. Los mitos sobre la nutrición que te han hecho creer’. “Lo que es realmente importante es hacer una buena elección de alimentos en él”, escribe Aitor, y con él coinciden el resto de expertos con los que teinteresa.es ha tenido la oportunidad de hablar.
“No hay un número adecuado de comidas al día, lo que sabemos que es importante es que la elección de alimentos de estas comidas sea adecuado. Que elijamos alimentos saludables”, nos comenta la también dietista-nutricionista Gabriela Uriarte. Las cinco o tres comidas al día que decidas hacer no tienen en sí mismas la clave del éxito. Y, por tanto, forzar al cuerpo a desayunar tampoco parece tener sentido. “Desde luego si lo que vas a desayunar es cacao soluble con unas galletas prefiero que no desayunes”, sentencia Gabriela.
Igualmente, el educador nutricional Alberto Álvarez cree que “debemos comer tantas o tan pocas veces como sea necesario y práctico para cumplir con nuestros objetivos nutricionales del día a día”. Se trata de ir desechando del colectivo imaginario frases manidas como “hay que empezar el día con un buen desayuno” o “el desayuno es la comida más importante del día” e incorporar otras que animen a consumir comida real, no procesada. “Podemos perfectamente no desayunar. Todo depende del estilo de vida y preferencias de cada uno”, insiste Alberto.
Por su parte, Juan Llorca, cocinero profesional y asesor de alimentación en diferentes escuelas de Valencia, destaca la importancia de “desayunar bien y correctamente”. “Nos han inculcado que el desayuno es la comida más importante del día, que sin ella no podemos funcionar, que bajará el rendimiento escolar, etc. Pero a la vez nos han preestablecido ciertos alimentos que son los que van asociados a esos desayunos: cereales, azucarados, procesados, lácteos, bebidas chocolateadas… y es ahí donde radica el problema realmente, no si se desayuna o no”, matiza Juan Llorca.
“Ya se ha demostrado que no hace falta siquiera comer 5 veces al día, por lo que no tendría sentido tener que desayunar sí o sí. Lo que debemos es inculcar mejores hábitos, ver que se puede y se debe desayunar verduras, frutas, frutos secos, cereales reales como un buen pan de masa madre, un arroz, huevos e incluso carnes o pescados”, explica el cocinero a teinteresa.es.
Titulares alarmistas
“No desayunar duplica el riesgo de sufrir un infarto”, “Saltarse el desayuno, tan malo como fumar”, “No desayunar aumenta el riesgo de lesiones en las arterias”… estos son solo algunos de los titulares que se han podido leer estos días en la prensa, como resultado de un estudio realizado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) en colaboración con el Banco Santander.
La investigación ha concluido, tras hacer un seguimiento a 4.000 empleados del Banco Santander, que “las personas que no desayunan acumulan más grasa en las arterias”; sin embargo, esto no ha gustado a los nutricionistas quienes han explicado en sus redes sociales que “se trata de un estudio trasversal y la correlación no implica causalidad”.
Así pues, el estudio del CNIC no establece si el desayuno repercute directamente en la obstrucción de las arterias, por lo que simplemente puede ser que la costumbre de no desayunar venga ligada a un estilo de vida, en general, poco saludable. Asimismo, la investigación habría llegado a las mencionadas conclusiones únicamente fijándose en el aporte calórico del desayuno, algo que ha sido duramente criticado por los nutricionistas que insisten en que no es lo mismo consumir 200 kcal de bollería industrial, que de fruta o avena.
Gabriela Uriarte puso un ejemplo que ayudó a sus seguidores a desechar los titulares sensacionalistas de los que se hicieron eco los medios: por un lado analizamos la evolución del número de piratas que hay en los mares en un tiempo determinado y, por otro, hacemos un seguimiento del cambio climático. Al cabo de un tiempo obtendremos que cada vez hay menos piratas y que la temperatura de la tierra sigue aumentando, pero sería ridículo concluir que la desaparición de los piratas sea la causa del cambio climático. “Relación no implica causa”, concluyó la dietista-nutricionista, quien animaba a recibir estas investigaciones con cierta prudencia.