«Es impensable que la Iglesia haga hipótesis de una equivalencia de hecho, no sólo en el ámbito legal, entre una relación y una pareja heterosexual y una relación de carácter homosexual, porque esto sería la subversión de la ley natural y del designio de amor de Dios creador», reza el manifiesto que han hecho público durante la firma de un convenio internacional que ha tenido lugar este miércoles en la Pontifica Universidad de San Tomás de Aquino.
El documento ha sido firmado por el cardenal estadounidense Raymond Burke, el cardenal arzobispo de Bolonia, Carlo Cafarra, el cardenal Walter Brandmüller, el cardenal Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Robert Sarah y el arzobispo emérito de Colonia, el cardenal Joachim Meisner.
Entre los laicos que han firmado el documento figuran los filósofos Robert Spaemann, Giacomo Samek Ludovici, Thibaud Collin y Armin Schwibach, así como los intelectuales estadounidenses Robert Royal, el escritor francés Guillaume d’Alançon, y el expresidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi.
El texto destaca que el ataque a la familia no es solo cultural, sino también «social, jurídico, doctrinal y hasta sacramental» y que por lo tanto su defensa requiere un magisterio específico «fuerte y bien claro».
«Un magisterio que reafirme los dictados de la ley natural –que el Evangelio no suprime, sino que los perfecciona–, las orientaciones a los fieles católicos sobre la necesidad de defender a la familia así como la responsabilidad hacia el bien común de la sociedad y para todos», especifica.
Además, los cardenales esperan que durante el Sínodo «se dé el espacio adecuado a la experiencia de las familias que viven y son testigos de la belleza de un amor indisoluble, capaz de atraer e iluminar las muchas familias que viven en la oscuridad».
Por otro lado, el texto reivindica una «reproposición integral de la tradición católica sobre los problemas de la vida, de la familia, de la educación, que consienta al pueblo cristiano de hoy profundizar en su identidad para realizar adecuadamente su misión». Al mismo tiempo se reconoce que esta toma de conciencia también «implica un juicio cultural en la mentalidad dominante, que permita ser más y más caritativo».
En esta línea, se pide que se supere «la abstracta contraposición entre verdad y caridad, entre doctrina y pastoral» porque según se indica en el comunicado esto «no tiene ninguna base en términos de la experiencia de la Iglesia, porque la verdad se expresa en el mundo como un juicio sobre las posiciones y, como una obra de caridad sobre las personas».