Benedicto XVI no dudó en mostrarse firme ante los escándalos que en los últimos años sacudían la Iglesia, fundamentalmente el asunto de la pederastia. Nada más acceder al pontificado, el Papa se enfrentó a los rumores que desde hace años planeaban sobre el fundador de los Legionarios de Cristo.
El Papa Benedicto XVI, tan sólo un año después de ser nombrado Papa, apartó del ministerio público Marcial Maciel, el fundador, le ordenó retirarse a rezar y le prohibió ejercer como sacerdote, después de todas las sospechas de abusos sexuales que pesaban sobre él.
Contra la pederastia, el Papa alemán se manifestó públicamente en muchas ocasiones. Así, Benedicto XVI aseguró en 2010 que «imploramos insistentemente perdón a Dios y a todas las personas afectadas, y prometemos hacer todo lo posible para asegurar que ese tipo de abusos nunca más puedan ocurrir». Optó así por la «tolerancia cero» contra los curas pedófilos con el fin de frenar la desafección y sospecha de la opinión pública.
Asimismo, el Papa expresó un perdón público a las víctimas y reconoció que la mayor persecución que sufría la Iglesia no venía de sus enemigos «externos» sino de sus «propios pecados». Asimismo, prometió que los culpables responderán «ante Dios y la justicia ordinaria». Lo hizo en una carta pública a los obispos de Irlanda que tuvo amplia repercusión.
Filtraciones vaticanas
Ha sido otro de los grandes escándalos que ha sacudido los cimientos de la Iglesia, no tanto por lo que revelaron los documentos como por el simple hecho de que desde dentro del Vaticano se filtraran estos documentos. El Papa tuvo que hacer frente a todo tipo de especulaciones acerca de supuestas conspiraciones contra él en el seno de la curia romana.
Finalmente, el Papa atajó el escándalo indultando al único condenado por las filtraciones, su secretario personal Paolo Grabriele, el hombre conocido como ‘El Cuervo’ y que fue juzgado en el Vaticano.