Después de una semana de parón económico, de decenas de muertes en protestas y de miedo generalizado a una ola de violencia tribal, la oposición de Kenia decidió hoy optar por el cauce legal previsto para dirimir conflictos y anunció que impugnará la reelección de Uhuru Kenyatta ante el Tribunal Supremo.
«Vamos a darle una nueva oportunidad a la Justicia», anunció el líder de la Súper Alianza Nacional (NASA), Raila Odinga, en una comparecencia pública largamente esperada por millones de votantes, muchos de ellos dispuestos a seguirle en cualquier tipo de lucha que propusiera.
Los comicios se celebraron el pasado 8 de agosto y, desde aquel mismo día, la coalición opositora ha denunciado una alteración del recuento a través de un sofisticado ataque informático que cargó un algoritmo en los servidores de la Comisión Electoral para marcar una ventaja constante de 11 puntos en favor del presidente.
También desde la misma jornada electoral, la NASA descartó la vía legal para recurrir los resultados y apeló al juicio «del tribunal de la opinión», reacción que generó protestas en sus principales feudos y violentos enfrentamientos con la policía en los que murieron decenas de personas, muchas de ellas por disparos.
Odinga mantiene la existencia de este fraude, pero hoy rebajó notablemente la tensión anunciando que seguirá la vía legal para recurrir la victoria de Kenyatta, porque los kenianos no quieren «líderes generados por ordenador».
La NASA, no obstante, no renuncia a las protestas y pide a sus seguidores que hagan «todo lo posible para atraer la atención sobre este fraude», pero ahora, tras decenas de mensajes incendiarios en discursos y redes sociales, pide que lo hagan de forma pacífica.
Según Odinga, la «gran mayoría» de los kenianos «no ha aceptado ni aceptará» la «ilegítima» decisión de la Comisión Electoral «hasta que se responda» a las dudas planteadas por la NASA.
«No vamos a permitir que continúe esta impunidad. Nos negamos a que el Jubileo (el partido gobernante) convierta nuestro país en una república bananera y un patio de juegos», alertó.
El veterano político recordó que la Constitución garantiza «la desobediencia civil, las reuniones pacíficas y el derecho a huelga» e indicó que su partido «defenderá la voluntad del pueblo».
Odinga recordó con resignación que en 2013 ya acudió al Tribunal Supremo para denunciar otro presunto amaño de Kenyatta, y que entonces perdió todos y cada uno de los recursos que elevó ante la corte.
«Vamos a darle una segunda oportunidad para que se redima», reiteró el político, para quien que aceptar un fraude por tercera vez -en 2007 también lo denunció, aquella vez apoyado por los observadores internacionales- supondría «reconocer el triunfo de la impunidad y la muerte permanente de la democracia».
La NASA tiene hasta el próximo viernes para presentar un recurso judicial, lo que paralizaría la ceremonia de juramento de cargo prevista para el 29 de agosto, cuyos preparativos ya han comenzado en el estadio de atletismo Kasarani.
Según la Ley Electoral, el Tribunal Supremo tiene hasta el 5 de septiembre para adoptar una decisión, que de ser favorable a Kenyatta fijaría su juramento para el 12 de septiembre.
Algunos barrios chabolistas de la capital, como Kibera y Mathare, principales focos de las protestas violentas de estos días, han respondido con tranquilidad -casi con indiferencia- al mensaje de su líder, y la multitudinaria tensión ha dado paso a la charla sosegada en grupos reducidos.
La ciudad entera comienza a superar el miedo que ha vaciado las estanterías de sus comercios, ha cerrado sus negocios y ha dejado sus calles desiertas.