El chavismo dio la bienvenida a Nicolás Maduro como nuevo presidente de Venezuela, confiando en que el «hijo» de su máximo líder, Hugo Chávez, va a seguir fielmente el legado del difunto mandatario, tal y como éste lo expresó en su testamento político.
«Yo pienso que tenemos dos presidentes: uno que desde el cielo nos está observando y el otro que está haciendo su trabajo aquí en la tierra», dijo Héctor Peña, un ingeniero de 41 años mientras observaba desde las afueras del Parlamento el acto de investidura de Maduro.
Convencido de que el camino que le viene es «muy fácil» porque «ya hay un legado», Peña cree que con el acto de investidura de hoy se cumplió la última voluntad del que ya es llamado entre sus seguidores como «el líder supremo de la revolución bolivariana» o el «comandante eterno».
«¡Te cumplimos Chávez!» o «¡Victoria, victoria popular!» eran algunas de las consignas que se escucharon entre los adeptos oficialistas, pese al llamado que algunos hacían a la autocrítica por los resultados más estrechos de su historia.
El domingo Maduro quedó a sólo 1,8 puntos de su rival, el opositor Henrique Capriles, en unas elecciones presidenciales que, por primera vez en 14 años estuvieron cerca de perder.
«Estoy emocionada porque se ha cumplido el legado que el presidente nos dejó», decía visiblemente conmovida Luz María Mendoza, una enfermera de 42 años.
MADURO NO ES CHÁVEZ
Mendoza sacaba a traslucir uno de los aspectos que muchos chavistas tienen presente: «Maduro no es Chávez», pero señalaba a su vez uno de los argumentos más repetidos entre sus seguidores: «Es el hijo de Chávez».
«Por lo tanto, tiene su propia metodología pero se que va a llevar al país en buen rumbo y con el legado del presidente», señalaba.
Maduro fue el ministro de Exteriores que más tiempo estuvo junto a Chávez y su mano derecha desde que se le detectó el cáncer en junio de 2011 que terminó con su vida el pasado 5 de marzo, dejando huérfano al chavismo.
Alfedila Montesumo, una educadora de 51 años, se secaba las lágrimas al ver que la revolución bolivariana que le dio «dignidad» sigue adelante, ahora, con un nuevo líder al frente.
«Lo único que ha sabido Venezuela es amar y seguir a nuestro gran líder, Hugo Rafael Chávez, y ahora a este hijo que nos dejó porque ese es su hijo. Lo formó él y es por esto que el pueblo está aquí», argumentó.
Y, mientras daba la bienvenida al heredero chavista, Montesumo se mostraba convencida de que Chávez nunca sería olvidado porque, dijo, «Chávez vive en cada uno de los venezolanos».
MADURO DEBE MANTENER UNIDAS LAS FILAS CHAVISTAS
Con la responsabilidad de acabar en 2019 el cuarto mandato de su padre político, Maduro tiene ahora el reto de mantener unidas las filas chavistas, de combatir los altos índices de violencia y de hacer frente a una economía debilitada por una doble devaluación, altos índices inflacionarios y la escasez.
«Esperamos que haga un buen gobierno. Tiene madera para hacerlo, lo apoyaremos porque Maduro es el hijo de Chávez», destacó Jose Trujillo, un jubilado de 64 años.