Más de 65.000 personas se refugian en centros católicos en Bangui de los ataques de partidarios del exgrupo rebelde Séléka, de confesión musulmana y enfrentado desde el pasado diciembre a las milicias cristianas «Anti-Balaka» en la República Centroafricana.
«Desde hace cinco días no hay alimentos y la gente tiene mucha hambre», indicó un misionero que trabaja en el barrio de Galabadja, en Bangui, en un comunicado difundido por Misiones Salesianas.
En ese local se refugian más de 15.000 cristianos amenazados por los partidarios de Séléka, mientras que otros 50.000 lo hacen en el centro de formación profesional de la congregación católica en el barrio de Damala de la capital de la República Centroafricana.
«La gente solo nos pide un suelo para dormir y estar seguros. No sabemos qué hacer, pero tratamos de sonreír y darles confianza y fuerza. Solamente podemos estar», relató el misionero.
De una población de 4,6 millones, más de 2,6 necesitan ayuda urgente, según la congregación religiosa.
Del millón de desplazados, la mitad son niños, y al menos 6.000 de ellos están siendo utilizados por grupos armados.
La mayoría de ellos ha dejado de ir a la escuela, el 80 por ciento de las cuales han sido destruidas.
«Agradecen la acogida que les ofrecemos y la protección, aunque no tenemos seguridad militar y si el capricho de un Séléka es hacer un disparate, podríamos ser testigos de una matanza», afirma Eynem Maguergue, salesiano en Galabadja.
La República Centroafricana vive una espiral de violencia desde hace ya casi un año, con una población civil «aterrorizada por los asesinatos» que necesita «ayuda urgente», reclaman los religiosos.
El 24 de marzo del pasado año Bangui fue tomada por la entonces coalición rebelde Séléka, que asumió el poder en el país tras la huida del derrocado presidente François Bozizé.
Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país en diciembre de 2012 al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.
Sin embargo, estos rebeldes son de confesión musulmana, frente a una población mayoritariamente católica, por lo que el conflicto ha adquirido tintes sectarios y religiosos.
Son los grupos musulmanes quienes se encuentran más aislados y amenazados en muchos lugares por los «Anti-Balaka», según la Médicos Sin Fronteras.