Cuando en otoño de 2007 nació UPyD, Albert Rivera dijo que sería una irresponsabilidad ir separado de Rosa Díez. Había (y hay) demasiados puntos para encontrare. El líder de Ciutadans apeló en 2006 a la regeneración política y al cambio frente a la opción nacionalista y logró entrar en el Parlamento catalán ese mismo año. Rosa Díez reivindicaba la alternativa frente a un bipartidismo que ve desgastado y que paraliza. Hoy, el partido del joven abogado catalán se sitúa como tercera fuerza política para alguna encuesta, como la que publicó hace una semana El Periódico de Catalunya, situándolo por delante del PSC. Mientras, el partido de Rosa Díez se sitúa en tercera posición en algunos sondeos electorales, con el 13,8% de los sufragios y a 7,8 puntos del PSOE.
Los dos partidos viven de forma independiente su ascenso, pero se oyen muchas voces que plantean la oportunidad de que vayan de la misma mano. De momento, la tesis defendida sobre todo en UPyD es que se trata de una formación inequívocamente nacional, plural pero con ideas muy claras y propias. Pero si se comparan las propuestas de ambos partidos en campos tan dispares como educación, financiación, sistema de justicia o política anticorrupción, las coincidencias llegan a puntos muy concretos. Parece que son formaciones siamesas condenadas a unirse. Aunque hay un aspecto que les separa, además del liderazgo: el concepto de Estado. Rosa Díez defiende un modelo federal cooperativo y Albert Rivera un sistema autonómico racional. Lo llaman diferente, pero el fondo es que el principio de igualdad entre los ciudadanos, redefinir las competencias por la Constitución y desterrar la idea de naciones.
A continuación, se expone una selección de diez propuestas calcadas en ambos partidos:
1. Que se expulsen de las listas a los cargos imputados.
2. Elección de los candidatos a partir de primarias abiertas a la militancia.
3. Establecer el recurso previo de inconstitucionalidad para las leyes que requieran un referéndum para su aprobación. De esa manera, creen que se reducirían presiones sobre el Tribunal Constitucional para asuntos de transcendencia.
4. Limitar los mandatos a dos legislaturas para el mismo cargo ejecutivo.
5. Reforma el CGPJ para que jueces y magistrados nombren a sus vocales. Solucionar así el bloqueo y la politización en la designación de los representantes del Poder Judicial.
6. Que se supriman los derechos forales de País Vasco y Navarra. Un modelo fiscal que reconozca la igualdad de acceso de los ciudadanos en sanidad, educación, servicios sociales y justicia.
7. Promocionar la carrera docente: el MIR para profesores. Se endurezca la selección, y se estimule la competencia educativa del profesorado.
8. Que se reconozca por ley la autoridad del docente. Las agresiones o insultos a los profesores deben tipificarse como atentado a la autoridad, y sanciones de forma ejemplar y de inmediato.
9. Garantizar que la elección del castellano no significará peores condiciones. En ningún caso la libertad de opción lingüística implicará la segregación de los alumnos. UPyD presentó una moción en la LOMCE para que el castellano sea lengua vehicular de la enseñanza en todo el Estado y las lenguas cooficiales lo serán también en las respectivas comunidades autónomas, de acuerdo con sus estatutos.
10. Unificar los contenidos, la metodología y los temarios entre todas las comunidades, para lo que cual, el Ministerio de Educación asumirá esta función. Los currículos serán iguales para todos los alumnos del sistema educativo español, pero las autonomías pondrán en práctica la competencia y contenidos específicos.