«No trabajamos en eso pensando en como reaccionaría la UE, sino como un Estado de derecho», afirmó el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, en una entrevista con la emisora CNNTürk.
El ministro volvió a recordar que, tras el fallido golpe de Estado del pasado viernes, ha habido manifestaciones masivas en las que la gente ha pedido la reintrodución de la pena capital, abolida definitivamente en 2004, para los golpistas.
Bozdag rechazó las advertencias formuladas desde Bruselas de que ningún país que ejecuta sentencias de muerte puede entrar en la UE.
«Hemos regulado la pena de muerte. Incluso añadimos un artículo a la Constitución diciendo que no podría ser reintroducida. ¿Nos aceptaron en la UE? No. Siempre encuentran una razón para no aceptarnos. No tendrán problemas para encontrar una excusa para mantenernos fuera», dijo el ministro.
Por ello, aseguró, el Ejecutivo no tendrá en cuenta las consideraciones de la UE pero sí «los intereses del Estado y de la nación».
Bozdag también informó de que se han enviado las evidencias solicitadas por Estados Unidos sobre la petición de detención y extradición de Fetullah Gülen, un clérigo islamista que vive en ese país desde 1999 y al que Ankara acusa de organizar la asonada.
Además, el ministro dijo que el Gobierno quiere usar al mínimo el recurso de los decretos-ley que le permite el estado de emergencia que comenzó ayer.
Uno de los casos en los que se usará es para ampliar, en un primer paso, a siete u ocho días (desde los cuatro actuales) el tiempo que una persona puede estar detenida antes de ser enviada al juez.
Varios militares se suicidan
Varios militares y policías turcos se han suicidado, o intentado hacerlo, desde el fallido golpe de Estado de hace una semana, el último de ellos un teniente coronel que se quitó la vida hoy y del que se ha informado estaba deprimido por no haber podido impedir la intentona. Así lo comunicó la Gobernación de Siirt, la provincia donde Levent Onder, el oficial fallecido, ejercía de segundo comandante de una brigada.
En otro caso, el coronel Birkan Coroz amenazó con tirarse desde uno de los puentes sobre el Bósforo, en Estambul. Media hora después, el militar, acusado de participar en el golpe, depuso su actitud y fue detenido inmediatamente por la Policía.
Desde el pasado viernes, un gobernador de distrito y tres policías sobre los que había sospechas de haber participado en el golpe se han quitado la vida.
Dos de los agentes formaban parte de los miles de uniformados que han sido suspendidos de empleo como sospechosos de haber colaborado en la asonada o de ser seguidores de Fethullah Gülen, el clérigo islamista exiliado en Estados Unidos al que Ankara acusa de intentar derrocar al Gobierno.
Cuando se cumple una semana de la intentona, la cifra de fallecidos ha sido actualizada a 270, de los que 24 fueron participantes activos en el golpe. Murieron también 72 soldados y 5 policías que se enfrentaron a los rebeldes y 179 civiles. También hay 100 heridos en estado grave.