Borrell pagó caro centrarse en los números. Quiso hablar directamente de presupuestos y se olvidó de la política. Parece que Pedro Sánchez ha hecho lo contrario. Se ha centrado la política. Pedro Sánchez se ha estrenado hoy en la tribuna del hemiciclo del Congreso en un debate duro, y por momentos áspero, con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el que ha recurrido a su experiencia como profesor y economista para tratar de desacreditar los presupuestos del Gobierno de Mariano Rajoy.
Durante la media hora larga que ha durado su discurso inicial, Sánchez ha repartido el tiempo en completar alguna de las propuestas que ha venido desgranando en los cien días transcurridos desde que ganó las primarias socialistas y en lanzar ‘golpes’ a Montoro y Rajoy para augurarles que su gobierno llega a su fin.
Montoro, zafado en mil debates presupuestarios, no le ha puesto las cosas fáciles a Sánchez, al que ha denominado con ironía «el economista profesional» y a quien ha afeado ser cómplice de la política económica del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero e incapaz de reconocer que España avanza en la recuperación.
Para hacer ver que aspira a ser un líder de la oposición respetado, Sánchez ha arrancado su alocución pisando fuerte, con constantes reproches al Gobierno –«basta ya de mentiras», «engaño masivo» y «legislatura fracasada y agotada»– para hacer ver que su nuevo proyecto socialista es el que necesita España.
«Hablan tanto de la herencia que se han olvidado de hablar de futuro», le ha reprochado Sánchez a Rajoy para intentar marcar distancias con la etapa anterior.
Sánchez apenas leyó y estuvo suelto, pero tampoco se lució con las propuestas
Sin apenas leer, el líder socialista se le ha visto suelto en su discurso, en el que ha dado prioridad a atacar al Gobierno más que a exponer medidas novedosas y llamativas.
Se ha limitado a plantear, a grandes rasgos, cuatro grandes propuestas: rescate financiero de familias y autónomos, lucha contra la pobreza infantil, reindustrialización y más fondos para políticas activas de empleo.
También ha hecho guiños a los pensionistas, a los funcionarios, a los parados e, incluso, a los artistas, defendiendo la rebaja del IVA cultural, para poner nombre a los grandes damnificados de la crisis.
Arropado por su bancada, Sánchez ha repelido las críticas por la herencia socialista destacando el legado del Gobierno del PP en el que convivían los imputados Rodrigo Rato y Ángel Acebes o avivando las sospechas de la financiación irregular del PP.
Sánchez a Montoro: Los espñaoles quieren mandarle al paro
A Rajoy le ha rescatado su foto ante la oficina de empleo en vísperas de las últimas elecciones generales, y apuntándole con el dedo con tono retador, le ha advertido: «Los españoles están contando los días para mandarle a usted y a usted (Montoro) a la cola del paro».
Montoro ha expresado su decepción con el estreno de Sánchez, al que ha empezado recordándole que era el quinto rival presupuestario del PSOE con el que ha tenido que enfrentarse en los últimos años.
Del «flamante» líder socialista, el ministro ha confesado que «esperaba un debate económico de altura» y lo que ha encontrado son «espuertas de demagogia».
Montoro a Sánchez: Esto le queda largo
Como si se tratara de un catedrático que alecciona a su profesor novel, Montoro no ha tenido reparos en reprender a Sánchez su exposición -«para un líder de la oposición, le queda largo», «su señoría tiene que empaparse en las cifras»- y su nexo con la etapa de Zapatero.
«Sí, estuvo allí», ha martilleado con insistencia Montoro a Sánchez, a quien también le ha dado su «enhorabuena», con sarcasmo, por «la calidad de su trabajo» como miembro de la Asamblea de Caja Madrid al no ver lo que ocurría con las tarjetas opacas.
El intercambio de golpes ha llevado asimismo al ministro de Hacienda a invocar lo que ha llamado «regla inexorable»: «Cuando gobierna el PSOE, paro y déficit público, y tiene que venir el Gobierno del PP a arreglar lo que han destrozado».
«Es la historia de la democracia. Su responsabilidad debería superar la historia, pero a partir del planteamiento económico que ha hecho, me ha recordado que es un fiel seguidor de la estela de líderes socialistas… Esta tarde no puedo concluir que tengamos una alternativa de gobierno delante», ha añadido Montoro.
Más que a elogiar a Sánchez, a quien sus colaboradores han echado en falta más rodaje en estas lides, los diputados socialistas han volcado sus reacciones en las redes sociales para arremeter contra Montoro por su actitud «chulesca, faltona y vergonzosa» al limitarse a hacer oposición al ya pasado Gobierno de Zapatero.
La vicepresidenta, sorprendida, para mal
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha dicho que la intervención del líder del PSOE, Pedro Sánchez, en el pleno de Presupuestos le ha sorprendido «para mal» porque esperaba de él que hablara de economía y no de «lugares comunes».
En los pasillos del Congreso, donde Sánchez ha afrontado su primer debate de presupuestos, Sáenz de Santamaría ha dicho que no le ha gustado el discurso de secretario general de los socialistas y su réplica al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas.
«Siempre ha presumido de currículum en estos temas y me ha parecido un resumen muy completo de lugares comunes, pero de eso no se vive», ha señalado la vicepresidenta sobre Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, ovacionado por los suyos en su primer discurso de presupuestos
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha recibido esta tarde un prolongado aplauso de los diputados de su grupo puestos en pie en el hemiciclo del Congreso, en apoyo a la que ha sido su primera intervención en un debate de presupuestos desde que sustituyó a Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general.
A punto de cumplir sus primeros cien días en el cargo, Sánchez se ha estrenado en el ‘cara a cara’ presupuestario con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al que ha dicho que «es obsceno reivindicar en estos tiempos el legado de Rato y Acebes» y que sus previsiones de ingresos son «ficción de serie B, como la contabilidad de su partido».
El líder socialista, que ha debatido con Montoro después de haber retado sin éxito en los últimos días al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que fuera él el que defendiera los últimos presupuestos de la legislatura, ha sido interrumpido brevemente en numerosas ocasiones por los aplausos de los suyos durante su discurso de cuarenta minutos.
A los pocos segundos de subir a la tribuna, Sánchez recibía el primer aplauso, nada más pronunciar su primera frase dirigida al ministro: «Basta ya de mentiras, señor Montoro».
También ha cosechado algunos abucheos de las filas del PP, sobre todo cuando ha denunciado la pobreza infantil y la falta de inversión en formación profesional.