Poco más 9,2 millones de votos. Esa es la suma que alcanzarán los dos grandes partidos de España en las próximas elecciones europeas si se confirma una baja participación de en torno al 40% y PP y PSOE no mejoran su actuales guarismos de intención de voto. La última estimación del INE sobre el censo electoral lo cifra en 36.546.270 personas, de las cuales 1,7 millones son españoles residentes en el extranjero y 336.586 ciudadanos de otros países de la UE que residen en España y han manifestado su voluntad de votar aquí.
Así pues, si se confirma la desmovilización el escenario sería de un total de 14,6 millones de sufragios registrados. Según la última encuesta publicada, de Sigma Dos para El Mundo el domingo pasado, los populares recibirían el 33,1% de los votos y los socialistas el 30,2. En números brutos serían 4.838.726 y 4.414.789 sufragios para un total de 9.253.515. El peor dato del bipartidismo en unas europeas. El registro empeoraría el resultado obtenido por Fernando Morán y Marcelino Oreja en 1989, cuando obtuvieron 9,67 millones de votos.
La caída respecto a los anteriores comicios superaría los 3,5 millones de sufragios y supondrían un bajón de 12 puntos respecto a 1999, fecha en la que los dos grandes cosecharon su mejores guarismos. Loyola de Palacio y Rosa Díez fueron votadas por casi 16 millones de españoles en unos comicios que movilizaron al 63% del censo, el mejor dato en unas europeas. Eran los años dorados del bipartidismo, que también consiguió excelentes cotas en 1994 -13,17 millones de votos con participación del 59%- y 2004 -13,13 millones de sufragios pese a la elevada abstención del 55%-.
A darle la vuelta a las previsiones dedicarán sus esfuerzos PP y PSOE en las próximas semanas. Los equipos de campaña han optado por tirar de los concejales y por organizar pequeños actos en lugar de grandes mítines para ganar apoyos. Génova confía en que la implicación personal de sus casi 26.500 ediles y 36 alcaldes de capitales de provincia acaben convenciendo a su electorado más fiel de que es vital ir a votar el 25 de mayo. Ferraz, por su parte, lo fía todo a su poder de persuasión ante los colectivos a los que está dedicando su atención por separado. La candidata socialista, Elena Valenciano, atendió ayer las demandas de los mineros asturianos y con anterioridad lo hizo con organizaciones ecologistas, trabajadores de Coca-Cola o asociaciones de mujeres. Una segmentación de sus mensajes que según voces expertas puede darle buen resultado.
En cualquier caso, faltan aún 16 días para que comience la campaña que ambos partidos iniciarán con opciones de victoria y ánimo de darlo todo en los actos de esos días y en los debates electorales para conseguir el empujón final antes de la jornada electoral.