La Guardia Civil ha desarticulado en Almería una organización criminal que asaltaba viviendas con extrema violencia. Los delincuentes elegían inmuebles de zonas despobladas y cuyos moradores eran personas de avanzada edad.
Según informó el Instituto Armado, en el marco de la ‘operación Bacará’, se ha detenido a cuatro personas e imputado a otras cuatro. Todos los arrestados eran de nacionalidad rumana, kosovar y serbia y están acusados de llevar a cabo una veintena de asaltos en Almería y Murcia.
En el transcurso de la operación se han practicado tres registros domiciliarios en las localidades almerienses de Garrucha, Vera y Palomares, en los que se ha intervenido, entre otros efectos, tres coches robados; inhibidores de frecuencia; herramientas para la comisión de robos; y efectos de joyería.
El grupo criminal, cuya base de operaciones se encontraba en el municipio de la Garrucha, estaba dirigido por un miembro que tomaba las decisiones, planificaba, coordinaba y dinamizaba la actividad delictiva. El resto de los integrantes de la organización quedaban bajo su control.
ATADOS Y AMORDAZADOS
La red, que disponía de gran movilidad geográfica en sus desplazamientos, adoptaba importantes medidas de seguridad con el fin de dificultar su seguimiento y localización.
Los asaltos se llevaban a cabo en viviendas ubicadas en zonas despobladas, cuyos moradores eran personas de avanzada edad. Los delincuentes, ataviados con pasamontañas neutralizaban los sistemas de alarma mediante inhibidores de frecuencia.
Seguidamente, los asaltantes accedían al interior de las viviendas y ataban y amordazaban a los moradores. Se dedicaban entonces a conseguir todo el dinero en efectivo, objetos de valor y vehículos de su propiedad.
Los vehículos sustraídos eran trasladados a un garaje que la organización poseía en Palomares. En este lugar se realizaba un reportaje fotográfico de estos vehículos, que posteriormente servía como catálogo para mostrarlo a compradores potenciales de países del este de Europa.