El director ruso Valery Gergiev ha iniciado este mediodía los ensayos de la Sinfonía núm.4 de Shostakóvich, que este fin de semana interpretarán en Barcelona 131 músicos de la Orquesta del Teatro Mariinski de San Petersburgo y de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC).
Recién llegado de Madrid y considerado por muchos como el mejor director de orquesta mundial en la actualidad, Gergiev ha mantenido un primer contacto con los músicos a los que ha ido dando indicaciones sobre cómo quería determinados pasajes de una obra que se plantea en tres movimientos.
La pieza requiere de cerca de cuarenta instrumentistas de viento, diez de percusión y un mínimo de sesenta instrumentistas de cuerda, aunque para los dos conciertos del Auditori el director ha ampliado los efectivos hasta ochenta.
Shostakóvich tenía previsto estrenar la Sinfonía núm.4 en el año 1936 pero un ataque directo del régimen estalinista contra su manera de entender la música lo hizo desistir.
La obra, que combina fragmentos de cámara con brutales pasajes, quedó en un cajón y no se estrenó hasta 25 años después, aunque se interpreta poco dada la dificultad que comporta llevarla al escenario.
Es la primera vez que la OBC la ejecutará y también es la primera vez que Gergiev dirige la formación catalana.
Por otra parte, esta noche Gergiev y la Orquesta del Teatro Mariinski interpretarán dentro de la programación «Orquestas Internacionales en el Auditori», junto con Ibercamera, el tercer acto de Tristán e Isolda de Wagner, junto con otras obras de Liszt y Strauss.
Coincidiendo con la interpretación de Tristán e Isolda, el wagneriano Manel Bertran ha encargado a once artistas que plasmen en un cuadro de gran formato su visión sobre esta historia.
Los cuadros, que se podrán ver en el Auditori hasta el próximo 26 de febrero, son de los artistas Robert Llimós, Montse Clausells, manolo Sierra, Marcos Palazzi, Jordi Gispert, Fran Recacha, Opus Nigrum, Fabio Hurtado, Ramon Lombarte, Henry Florez y Kike Meana.
Bertran ha comentado en rueda de prensa que lo único que pidió a los pintores es que «penetraran dentro de ‘Tristán e Isolda’ y que escogieran un momento para plasmarla en el lienzo».
La idea de este proyecto sobre un drama de Wagner tiene su antecedente en el año 2003 cuando Bertran propulsó «Visiones sobre La Valquiria», unos cuadros que también pudieron verse en 2013 cuando en el Festival de Peralada coincidieron Gergiev y Eva Maria Westbroeck e interpretaron el primer acto de esta obra.