Fernando Reinares, especialista en terrorismo yihadista en el Instituto Elcano, opina que muchos jóvenes radicales de primeras generaciones de inmigrantes pueden marcharse a Siria o Yemen para combatir inspirados en la doctrina yihadista y luego volver “entrenados”, con el riesgo de que cometan actos terroristas.
Según explica, en Siria, al igual en Mali, se han hecho fuertes organizaciones yihadistas vinculadas con ramas de Al Qaeda. Hay jóvenes radicalizados, cuyo perfil corresponde unas veces al de emigrantes de primera generación procedentes de países mayoritariamente musulmanes, pero otras al de una segunda o tercera generación de sus descendientes e incluso también conversos, que se trasladan a combatir en conflictos armados como el sirio o el maliense y, caso de retornar luego a nuestras sociedades, más radicalizados y mejor entrenados, constituyen sin lugar a dudas un peligro objetivo.
Atentar es barato y no requiere financiación
“Los recientes atentados de Boston ponen de manifiesto, entre otras cosas, que el terrorismo, practicado incluso con un alcance y una intensidad relativamente limitados, como ha ocurrido allí, continúa siendo una realidad recurrente en nuestras sociedades occidentales, que en modo alguno son las más afectadas del mundo. Según Reinares, se trata de una táctica relativamente barata y que no requiere de grandes medios ni, gracias sobre todo a Internet, de grandes capacidades, pero que puede resultar verdaderamente cruenta y ocasionar una gran conmoción social. Por ello resulta sin duda atractiva para extremistas de cualquier signo ideológico que justifiquen utilitaria y moralmente el uso de la violencia. Además, cuando se producen episodios como los de Boston, la posibilidad de que sean emulados en alguna otra parte se incrementa temporalmente.
La crisis de identidad abre el camino al radicalismo
En el caso de Boston, la modalidad del atentado, el tipo de explosivos utilizado y la selección de un acontecimiento de masas como blanco de las explosiones eran, en principio, compatibles con distintas versiones del terrorismo. “Ahora sabemos ya que los terroristas se habían radicalizado en la violencia terrorista a partir de sus circunstancias personales, probablemente en relación con una aguda crisis de identidad, pero expuestos a una ideología de orientación yihadista cuyo influjo sobre el hermano menor a buen seguro obedece a la determinación del mayor”.
El espíritu de Al Qaeda permite que los individuos actúen por libre inspirado por ella
Reinares expone que el terrorismo yihadista tiene una extensión global, pero además de Al Qaeda como matriz del terrorismo yihadista con extensiones territoriales en la Península Arábiga, Irak y el Norte de África, existen, en segundo lugar, distintas organizaciones afines o asociadas a Al Qaeda. Se trata de grupos con estructura terrorista global en África Occidental y del Este, otros países de Oriente Medio y el Sur de Asia o el sudeste asiático, también en las repúblicas del Norte del Cáucaso. También hay células e individuos independientes que operan o tratan de hacerlo por su cuenta, únicamente inspirados por la doctrina y los llamamientos de Al Qaeda.
“Esos distintos componentes del terrorismo global son todos ellos fuente de amenaza para las sociedades occidentales”, advierte.