En la frontera entre Transilvania y Valaquia, escondido entre la naturaleza, se encuentra el que dicen que fue la morada de Vlad Tepes, el príncipe rumano que sirvió como inspiración a Bram Stoker para crear al célebre Drácula. Ahora, el castillo en el que se inspiró el escritor para su novela está a la venta, según recoge el diario The Telegraph.
El príncipe Vlad Draculea se hizo famoso por su valentía, su arrojo y su crueldad. Conocido como el Empalador por su método favorito de ejecución, el empalamiento, con el que habría matado a unas 100.000 personas en el siglo XV, lo cierto es que Vlad vivió en Valaquia (al sur de la actual Rumanía) y solo habría estrado allí como prisionero.
La construcción de la edificación se inició en el año 1377 y concluyó en 1388, de acuerdo con la página web del castillo. “Si llega una oferta razonable, veremos quiénes son, qué proponen y consideraremos seriamente la idea”, dijo Mark Meyer al Daily Telelegraph. Su compañía, Herzfel y Rubin, se ocuparía de cualquier venta potencial del Castillo Bran, como es realmente conocido, señaló el Huffington Post.
El castillo tiene 57 habitaciones y se estima que su valor estaría alrededor de 135 millones de dólares. Es una de los atractivos turísticos de Rumanía y cada año recibe alrededor de 560.000 visitantes que pagan 4 dólares por la visita.
El castillo fue la residencia real de Rumania hasta la llegada del régimen comunista en 1948. Después de años de litigios y disputas con el Gobierno rumano, finalmente, en el año 2006 Dominico de Habsburgo consiguió obtener su titularidad y decidieron utilizarlo como museo.
Hasta tres herederos han querido venderlo, sin conseguirlo. Según el periódico, sus actuales propietarios lo vuelven a intentar, ofreciéndolo como destino turístico. Al parecer, no pueden acometer la reforma necesaria para convertir a esta joya en un castillo del siglo XXI.