«La situación es crítica», ha explicado el coordinador médico de la ONG Médicos Sin Fornteras para Tanzania, Kassi Nanan N’Zeth. «En este momento, los refugiados se enfrentan a una elección imposible: o bien deciden quedarse en Burundi, donde corren el riesgo de perder la vida a causa de la violencia, o bien ponen rumbo a un campo de refugiados en Tanzania en el que se enfrentan a la posibilidad de contraer el cólera», ha explicado.
Los refugiados han escapado de la violencia para enfrentarse a las » terribles condiciones» de los campamentos improvisados, ya saturados, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 31 personas han muerto por el cólera y se han detectado más de 3.000 casos de diarrea aguda.
Ante esta situación, MSF, en colaboración con las autoridades locales, están instalando puntos de rehidratación y varios centros de tratamiento del cólera en los campamentos Kagunga y Kigoma.
CONDICIONES HIGIÉNICAS «ALARMANTES»
La ONG envió el 18 de mayo un equipo de evaluación a los campamentos que ha informado de las «alarmantes» condiciones y ha advertido de que a menos que se tomen las medidas necesarias de manera urgente, existen altas posibilidades de que el cólera se propague.
En Kigoma, en la orilla oriental del lago Tanganica y cerca de la frontera con Burundi, unos 2.000 refugiados permanecen hacinados en un estadio de fútbol que ha sido designado como centro de tránsito para los refugiados, que después son trasladados al campo oficial de Nyarugusu. Allí, las instalaciones médicas existentes han recibido más de 1.000 casos de diarrea aguda en la última semana.
En Kagunga, otro campo de tránsito, hay actualmente unos 15.000 refugiados. «Los servicios médicos están constantemente colapsados, pues la media de pacientes por día no baja de 200», ha subrayado Kassi. «Debido a la falta de recursos para gestionar todos los casos, algunos pacientes con cólera murieron mientras estaban siendo trasladados en barco a Kigoma, un viaje de unas cuatro horas.
Según MSF, las condiciones de vida en Kagunga son «inaceptables», ya que no se ha facilitado material de cobijo a los refugiados y estos tienen que optar por construirlo por sus propios medios o dormir a la intemperie.
Así, se dan las condiciones más propicias para el contagio del cólera: agua y alimentos contaminados, malas prácticas de higiene, falta de letrinas y mala gestión de las aguas residuales.