El desmantelamiento de una red de reclutamiento de mujeres en España sirve a la Policía para tratar el organigrama de funcionamiento de estos grupos.
En el caso de la red yihadista desmantelada en España y Marruecos que había conseguido captar a doce mujeres a través de Internet el funcionamiento era el siguiente:
La función de director lo desempeñaban los dos detenidos en Marruecos. Éstos, aunque actuando en la sombra, son los máximos responsables de la red y se valen de facilitadores y colaboradoras mujeres jóvenes, que hacen el trabajo de reclutadoras activas.
Las reclutadoras activas era le el papel desempeñado por las cuatro mujeres detenidas en España, conscientemente convencidas y radicalizadas, al servicio de los responsables de la red terrorista. Las reclutadoras activas se manejan en las redes sociales y se encargan de reclutar mujeres jóvenes para enviarlas a zonas de conflicto al servicio de la organización terrorista.
Por último, las jóvenes captadas, fueron sometidas a un proceso de radicalización a través de las redes sociales, de cara a integrarlas en Estado Islámico y enviarlas a la zona de conflicto. Una vez atrapadas en dicha red, son empujadas irremediablemente a una posible vía de no retorno.
¿Cómo se les convence?
Manuel R. Torres, director del Curso de Experto Universitario en Análisis del Terrorismo Yihadista y autor de los libros Al Andalus 2.0. La ciber-yihad contra España (2014) y El Eco del Terror. Ideología y propaganda en el terrorismo yihadista, explica www.teinteresa.es que “ninguna de ellas va porque crea que va a desempeñar una función de combate”. Viajan a Siria por la atracción romántica de estos personajes masculinos que son ensalzados a través de la propaganda que los representa como guerreros de la yihad.
Se les plantea una ruptura con su vida y se les ofrece una alternativa coherente con lo que debe ser su vida. “Se apela a su condición de musulmanes”, señala el experto. Las propaganda de los muyahidines les enseña que “la verdadera musulmana tiene que estar ahí donde el islam se aplica de manera fidedigna y por lo tanto debe alejarse de una sociedad donde el pecado es presente y el islam no es puro. Y su papel es viajar allí a la tierra del islam, al lado de un buen musulmán”
Las occidentales que viajan al califato, se autodenominan muhajirah y expresan en las redes sociales su satisfacción al dejar atrás Dar Al-Kufr, una sociedad en la que el pecado es presente.
Cuando llegan a Siria o Irak se despojan de sus ropas. A partir de ese momento, empiezan a cubrirse y por lo menos llevarán el hiyab. “El Estado Islámico es especialmente rigorista”, es decir una interpretación muy estricta del Islam que trasladan al rezo, los alimentos y la ingesta de alcohol.
“El mero hecho de que la mujer se desplace sin ir acompañada por un hombre no están tolerado”, insiste, “ni siquiera para actividades domésticas como ir al mercado”. Es decir, desde su llegada al califato, «las mujeres son casi propiedad de los hombres», concluye.
La labor de la mujer en la yihad: casarse y criar y cuidar hijos
¿Luchar? ¿O quedarse en casa para criar a futuros yihadistas? El rol de las mujeres en los grupos islamistas que quieren imponer su visión de la religión no es unánime. Hay diversidad de grupos islamistas, y todas ellas presentan diferentes actitudes respecto a la mujer. Las más extremistas, Estado Islámico o al Qaeda, conciben al género femenino con un único rol: el de quedarse en casa, casarse, tener hijos y educar a los futuros yihadistas. »Perpetuar la especie» islamista, por así decirlo. Pero otras organizaciones islamistas sí que aceptan que la mujer tenga un papel activo dentro de la lucha religiosa.
n el caso de Estado Islámico, la mayoría de mujeres que han acudido a Siria a ayudar a la yihad lo hace para casarse con yihadistas y tener sus hijos. El grupo islámico hizo un llamamiento para que acudieran mujeres a Siria, para poblar el territorio y formar familias. El investigador Shiraz Maher, de Kings College London, asegura que «los yihadistas suníes nunca han llamado a las mujeres a luchar, vienen al frente para cocinar, limpiar y ofrecer apoyo logístico. Casi todas están casadas con militantes«.