Hace meses que llegan noticias e imágenes impactantes de violencia en la República Centroafricana. Los dos nombre que copan los titulares, como ‘dos bancos’ son Seleka y anti-Balaka. Son los responsables que en ocasiones se llegara a hablar de un enfrentamiento inter-religioso o de guerra civil en el país. Sin embargo determinar quiénes son realmente estos dos grupos no es tarea fácil, dibujarlos simplemente como una oposición entre cristianos y musulmanes es, demasiado reduccionista.
- Anti-Balaka. Mal definidos como ‘milicias cristianas’, los grupos anti-Balaka han sembrado el pánico en la capital de la República Centroafricana, Bangui. En un principio se les definió así porque persiguen a los ex milicianos rebeldes de Seleka que son mayoritariamente musulmanes.
Con el golpe de Estado en la primavera de 2013, los Seleka instauraron un régimen de terror que pesaba sobre el 70% de la población cristiana del país. Tras la llegada de las fuerzas internacionales y con la disolución oficial de Seleka, los anti-Balaka entraron en una espiral ‘revanchista’.
Como denuncia en las páginas de Teinteresa.es, el obispo de Bangassou, el español Juan José Aguirre: “se vuelven contra todo lo que huele a musulmán” y lo hacen de manera absolutamente indiscriminada e injusta, cortando cabezas y gargantas, acuchillando niños, linchando a gente que tiene la mala suerte de caerse de un coche después de un control.
Pero como ha recordado el arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, los anti-Balaka, “no son una milicia cristiana, todos los sufrimos”.
Lo cierto es que los anti-Balaka cuentan en sus filas con numerosos antiguos miembros de las Faca o Fuerzas Armadas Centroafricanas destituidas tras el golpe de Estado de los Seleka. También hay seguidores del expresidente François Bozizé, que tuvo que huir tras ese golpe y fue depuesto por el ya dimitido Michel Djotodia.
Y es que tienen su origen en los años 90, eran milicias locales formadas para proteger a la población de los delincuentes en las carreteras. De ahí su nombre, porque ‘balaka’ en sango significa ‘machete’.
Francisco Soriano, el comandante de las tropas francesas enviadas al país como parte de un mandato de Naciones Unidas, los ha calificado de “delincuentes, enemigos de la paz” y de “estigmatizar las comunidades”. Para Soriano, los anti-Balaka son “una nebulosa a la que es imposible atribuirle un líder. Nadie sabe nada”.
- Seleka. A menudo han sido descritos como ‘milicia yihadista’. El 21 de marzo de 2012, dieron un golpe de Estado que llevo al poder a Michel Djotodia (presentó su renuncia a finales de enero). Según ha relatado Monseñor Aguirre, entre sus filas había 700-800 militares profesionales, la mayoría de la etnia Ngoula o Runga. Su apoyo proviene del vecino gobierno del Chad. También se unieron a sus filas mercenarios chadianos y sudaneses e incluso delincuentes centroafricanos.
Su llegada abrió un capitulo interminable de pillajes, asesinatos y violaciones. La población cristiana fue la que sufrió principalmente toda esta violencia. Un matiz importante si tenemos en cuenta que la población musulmana representa únicamente alrededor del 15%.
La fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) ya ha abierto una investigación sobre los crímenes cometidos.
Ahora, según denunció hace unos días la ONG, Human Rights Watch (HRW), los rebeldes de Seleka abandonan Bangui para reagruparse en ciudades del norte del país. Lo peor de todo, es que lo harían con la complicidad de soldados chadianos desplazados a la República Centroafricana precisamente como fuerzas de paz. Según HRW, “las milicias de Seleka han abandonado las bases en las que habían sido confinadas por las tropas de la Unión Africana (UA) a través de vías forestales para eludir puestos de control, o viajando en convoyes fuertemente armados de las tropas chadianas”