El avance del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) hacia la capital de Irak ha puesto en jaque al Gobierno de Barack Obama quien, además, ha salido mal parado en la guerra de señalar al culpable de la situación actual.
El avispero de Irak, la postura del primer ministro Nuri al Maliki, la ubicación geográfica del país, fronterizo con Siria… todas las variables han provocado que ahora el presidente de Estados Unidos tenga que tomar una de las decisiones más difíciles de su legislatura en materia de política exterior: ¿cuál debe ser la respuesta al avance de los extremistas en Irak?
Los medios de todo el mundo han saltado a dar sus opiniones y, aunque muchos coinciden en que la culpa de la actual crisis que vive el país es culpa de la retirada de tropas que llevó a cabo Obama en 2011, no todos proponen la invasión como respuesta. Aunque algunos sí la dejan caer.
Roger Cohen, corresponsal durante más de una década para ‘The New York Times’ y actual columnista de Internacional para el periódico estadounidense hace todo un repaso, igual que el resto de medios, por la historia reciente de un país que una vez se convirtió en un avispero para Estados Unidos y que, otra vez parece tomar la misma forma.
En medio de una crisis de un país que, según Cohen está en un momento de implosión, algo que no debe extrañar es que en la próxima década, podamos vivir la creación de un estado kurdo independiente, dadas las circunstancias del país.
En referencia al conflicto que ha generado el avance suní en el país, Cohen va más allá de adonde llegan la mayor parte de los medios y no culpa tanto a Estados Unidos de la situación de Irak, ni de la actual ni de la guerra de 2003, ya que asegura que antes de su desafortunada invasión, el país ya estaba desmembrado. Aunque no le quita totalmente su reponsabilidad, ya que Washington sí estuvo detrás de algo que ahora afecta seriamente al país: no había Al Qaeda en el Irak de Saddam Husein, fue Estados Unidos el que lo hizo crecer después de la invasión.
Pero más allá de eso, Cohen asegura que tanto Irak como Siria ya estaban podridos hasta la médula, maduros para una desintegración como la del imperio otomano un siglo antes, enfermos por el culto a la personalidad de dirigentes autócratas… en un estado que él mismo ha definido como de composición pospuesta. Los suníes en Irak y los alawitas en Siria, ambas minorías, creían y creen que tienen el irreversible derecho a gobernar. Y no lo tienen, según él.
Por ello, Cohen sostiene que Obama sí debe utilizar su fuerza militar para dirigir la retirada de los fanáticos del ISIS. Si los yihadistas consolidan su posición, su retroceso se hará notar tanto en Europa como en Estados Unidos. Esta acción no resolverá los problemas de Irak, ni tampoco los de la región. Pero la alternativa es mucho peor: supondrá traicionar los miles de vidas de estadounidenses que se han perdido desde 2001 y los millones de personas en Oriente Próximo que creían que la Edad Media había acabado.
Una nueva invasión, un final repetido
Según Aaron David Miller, de la CNN, todas las circunstancias que rodean al conflicto de Irak dibujan un escenario con un problema de dimensiones extraordinarias, que no se puede solucionar sin una estrategia seria y sostenida, que cuente con un componente militar, antiterrorista, político y económico.
No sólo esto sino que, además, debe movilizarse a la comunidad internacional. Todo esto es difícil visualizarlo sin que Estados Unidos se involucre en una guerra de la que Barack Obama quiso salir, hace ya tres años, y frente a la que se mantiene reacio a volver a entrar.
Quizás lo necesario sería dedicar todos los esfuerzos en organizar esta estrategia: los ataques aéreos, incluso aunque se realicen habiendo comprobado la ubicación y las coordenadas de los islamistas del ISIS, deberán sucederse continuamente en el tiempo. El ejército iraquí necesitará más entrenamiento por parte del Gobierno estadounidense, con la asesoría en el campo para instruir en el uso de equipo militar altamente sofisticado. Y a pesar de todo esto, es probable que el ISIS sea capaz de asegurarse diferentes enclaves en Irak.
Esto parece que nos devuelve a la guerra de Irak, que no tuvo un final feliz. Repetirlo acabará igual. No obstante, David Miller se dirige al presidente de Estados Unidos asegurando que quizás no tenga otra opción más que dejarse arrastrar de nuevo a Irak con ataques militares. Aunque pueda parecer lo contrario, David Miller no es favorable a la nueva invasión de Irak, aunque sus palabras indican que, de nuevo, Estados Unidos vuelve a encontrarse en una encrucijada cuyo final parece, por el momento, poco esperanzador.
Quizás esto tenga algún resultado a corto plazo, aunque no a largo plazo: los chiíes triunfalistas, los infelices suníes, la influencia de Irán y el separatismo kurdo garantiza que a largo plazo, no se solucione el problema de Irak, que vuelve a convertirse en un avispero para Estados Unidos.
Una invasión, acompañada del poder de la comunidad kurda iraquí
Que la comunidad kurda salió la mejor parada de la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003 es algo en lo que coinciden muchos columnistas estadounidenses. También en que para solucionar la crisis actual de Irak hay que tener en cuenta a la comunidad kurda y no olvidarse de su poder, así como reconocer su pragmatismo y sentido de la unidad.
Por eso también otro columnnista de »The New York Times», Michael Knights en este caso, especialista en cuestiones de Seguridad en Irak, Irán y los países del Golfo pérsico, insiste en la respuesta de Estados Unidos, aunque en su opinión, coordinada con otra estrategia.
Así, Knights explica cómo el colapso del Ejército iraquí ha adquirido proporciones históricas, perdiendo gran parte de sus 250 batallones de combate mientras ha dejado de tener acceso a casi todos sus vehículos y equipamientos. En un momento en que la cuarta parte de las fuerzas iraquíes están fuera de juego durante, al menos, varios meses… una respuesta es necesaria para detener el impulso que ha tomado el ISIS.
De este modo, Knighs habla de una nueva invasión, aunque en sus palabras, tampoco es el 100% de la respuesta, sino que “un ataque militar de Estados unidos podría ser una opción”, aunque debería ir acompañado de una entrega de poder a los kurdos iraquíes, que poseen las únicas fuerzas armadas intactas capaces de resistir al ISIS en el norte del país.