El gobierno de Pakistán informó a un grupo de investigación de Naciones Unidas que más de 2.200 personas han muerto en la última década debido a ataques con aviones militares estadounidenses no tripulados. De acuerdo con las cifras suministradas por los paquistaníes, 400 de los fallecidos habrían sido civiles y al menos 200 civiles “no combatientes”, según la ONU
Según la ONU, desde 2004, el Pentágono ha realizado 330 operaciones con drones en zonas de las Áreas Tribales, una región fronteriza con Afganistán, donde la presencia del gobierno es escasa.
El uso de drones en suelo Pakistán ha marcado las relaciones bilaterales entre Pakistán y EEUU. Uno de los acontecimientos que generó mayor controversia entre ambos países fue la utilización de aviones no teledirigidos en la captura del terrorista Osama Bin Laden. El ministro de exteriores de Pakistán aseguró al respecto que “el uso de drones supone una violación de la soberanía territorial del país asiático y violan la integridad de Pakistán.”
Sin embargo otros miembros de los servicios de inteligencia paquistanís (ISI) aseguran que durante esa misión, “existía una acuerdo de entendimiento entre ambos países para que EEUU pudiese continuar con su operación contra el terrorismo en Pakistán”, recoge AI.
No ha sido el único que ha apoyado su uso en el país. En una entrevista en 2013, el presidente Pervez Mustarraf reconoció que había otorgado permiso a EEUU para utilizar esta arma letal sobre las zonas tribales de Pakistán. Esta colaboración se completaría con un permiso para utilizar las bases aéreas de las provincias de Bolochistan y Sindh.
Según informaciones de Amnistía Internacional, que cita a miembros de los servicios de inteligencia de Pakistán, existe una colaboración estrecha entre ambos países y asegura que Islamabad está al corriente del programa de “ataques selectivos” de EEUU. Sin embargo, en este informe la organización AI duda de que exista una estrecha relación entre ambos países respecto a la política contra el terror de Washington.
La colaboración estrecha entre EEUU y Pakistán se inició tras los atentados del 11-S. Ha provocado numerosas tensiones diplomáticas con el Gobierno paquistaní por la ausencia de permiso oficial para ejecutar dichas operaciones y por las bajas entre la población civil, lo que, a su vez, ha alimentado el antiamericanismo entre los paquistaníes.